Mi?rcoles, 18 de junio de 2008

En 1910 vio la luz una obra titulada así: Datos históricos de la Muy Noble, Muy Leal y Muy Heroica Villa de Ribanova, por un Licenciado en Ciencias. La obra se imprimió en Monteledo: es un volumen en octavo, de cuatrocientas páginas. Para componerlo, el autor revolvió los archivos municipal y parroquial, los libros de actas de la Cofradía de mareantes de San Blas y los del Cabildo monledense. Una musa irónica hubo de inspirarle al comentar las andanzas de Ribanova desde sus remotos orígenes hasta el siglo que corre. Nosotros nos hemos limitado a extraer, de la rica cantera de su humorismo, media docena de botones para muestra y regalo del que leyere. A partir de 1875, el autor cambia de tono: ya no bromea, y reviste su pluma de digna seriedad. Dicen que el seudónimo Licenciado en Ciencias esconde a un ribeiriano insigne, concejal varias veces, el cual no ha querido, sin duda, aplicar al pellejo propio la ortiga de sus donaires, que tanto escocerían a los que le precedieron en el Municipio, si viviesen. Nosotros respetamos el texto, reímos cuando el Licenciado ríe y nos ponemos graves cuando enarca las cejas, se asegura las gafas, carraspea presumido y perora doctoral.



Los primeros datos fidedignos del pasado de Ribanova se remontan al siglo XIII. En 1232 visitó la villa el Rey San Fernando, que recorría sus dominios de León. Cerca de setecientos años transcurrieron antes de que Ribanova recibiese el honor de otra visita real, pero no por ello la olvidó la Monarquía ni dejó el pueblo de participar en las alegrías y tristezas de sus soberanos. En 1601 Ribanova paga 11.000 maravedises de donativo y chapín de la Reina; en 1611, muerta doña Margarita, esposa de D. Felipe III, invierte 25 ducados en bayetas para el luto de sus justicias y regidores; en 1640 contribuye al sostenimiento de las mulas y mozos del Rey con media anata sobre todos los oficios y profesiones, y en 1647 con 715 reales al viaje de Felipe V a Aragón; en 1660 le corresponden 128.000 maravedises en los gastos del casamiento de la Infanta; en 1690, de orden superior, remite semanalmente a La Coruña doce perdices y un salmón para regalo de doña Mariana de Austria, que había desembarcado en El Ferrol; en 1712, las mantillas del príncipe Don Luis le importan 950 reales...

Hospitalaria, la villa llena de agasajos a cuantos forasteros de alcurnia trasponen sus puertas. En 1622 obsequia con doce gallinas, cuatro cajas de conservas, doscientos limones, cuatro frascos de vino de Ribadavia y ocho panecillos al almirante de la escuadra francesa que había entrado de arribada en el puerto. A bordo de los buques, una epidemia de amigdalitis hacía estragos. Con el zumo de los dos centenares de limones pudieron todos gargarizarse y lograr pronto alivio. Dos días después, el almirante dirigió un comunicado al Concejo, expresándole sus reconocimiento por las atenciones recibidas. «Gracias a la solicitud de vuestras mercedes, decía el documento, que se conserva en los archivos de Ribanova, mis hombres tienen ya expeditas las tragaderas; denlas ahora ocupación para que con el ocio no les vuelva la pasada calentura, y mándennos más vino y más gallinas, que panecillos todavía quedan». Los regidores concedieron lo pedido, y era tal el apetito de los marineros, sin duda avivado por la dieta sufrida, que durante mucho tiempo guardaron luto los corrales ribeirianos. Los franceses no trajeron, se llevaron las gallinas de Ribanova...   http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01372731999137528646024/p0000001.htm#I_1
Calvo Sotelo, Leopoldo (1894-1933)


Publicado por a333 @ 17:08  | literatura y ribadeo
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