S?bado, 19 de julio de 2008
Durante muchos siglos el puerto de Porcillán estuvo relacionado con el mercado de maderas, del hierro asturiano y, sobre todo, con la importación de cáñamo y lino para las manufacturas tejedoras gallegas.La industria del lino viene en Galicia desde muy antiguo y época de mayor apogeo de esta industria artesanal comprende desde mediados del siglo XVIII hasta los primeros años del siguiente siglo, período en el que, además del lino que se cosechaba en el país, se tejía lino de fuera, procedente de los países del Mar Báltico, que entraba a través de los puertos de Ribadeo, Carril y Vigo. Una vez confeccionado el lienzo, se exportaba hacia tierras de Castilla o América.

 

Con los años, cambió la dirección de los intercambios y se diversificó en incrementó el volumen de transacciones comerciales, especialmente cuando se autorizó la importación directa y con desgravaciones, desde la Europa nórdica, a finales del siglo XVIII, y el comercio con América, en 1840. Atraídos por la dinámica desencadenada, algunos comerciantes asturianos -Ibáñez, Lanza, Villaamil, Campoamor, entre otros- fijaron su residencia en Ribadeo. A sus almacenes acudían campesinos en busca de lino, para elaborar los paños que se exportaban a Castilla, pero pronto se encontraron con serias trabas al aumentar los gravámenes sobre las importaciones de la materia prima y toparse con la competencia de la industria textil catalana y europea.

   El puerto adquirió una gran importancia y a su amparo se crearon importantes instituciones (aduana, escuela de náutica, etc.).

 

En el s. XVIII hubo una escuela de hilado en RibadeoLos intentos de finales del siglo XVIII de cambiar los esquemas tradicionales de producción por otros más modernos fueron la causa de los conflictos más perjudiciales para el desarrollo de Galicia. Los conflictos más importantes surgieron a partir de la introducción de las nuevas artes de pesca catalanas, y en particular de la xábega a la que se achacaba la destrucción de la riqueza de nuestras costas. El intento de instalar en Ribadeo de una fábrica de lienzos, dentro de los planes reformistas de Campomanes, fracasa por la oposición de la Junta y el municipio compostelano que pretendían construir en Santiago una segunda fábrica. Por último, los conflictos que mantuvo Raimundo Ibáñez con los grupos privilegiados a causa de sus iniciativas industriales. Todos estos conflictos, aunque aparentemente populares, responden a un intento desesperado de los grupos privilegiados por perpetuar el sistema señorial y evitar a toda costa el cambio del sistema económico que tanto les favorece, por el capitalismo que poco a poco se va imponiendo en Europa.

 

 


Publicado por a333 @ 10:06  | de la historia de Ribadeo
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