Con anterioridad a 1750, el Duque de Híjar cobraba la
alcabala por todo el pescado fresco y salado en los puertos de Ribadeo y Rinlo.
Fueron siempre puertos pesqueros, de ballenas y túnidos especialmente, y núcleos fundamentales en el comercio del lino y cáñamo con los países bálticos. Esto explica la aparición de aduana en Viveiro, en el siglo XVI y en Ribadeo, y la existencia de una escuela de pilotos en Ribadeo, durante el siglo XIX.partir del siglo XVII, que enmarca la constitución de las últimos gremios de mareantes, cofradías y pescadores pasaron a formar un binomio indivisible, no sólo en el litoral vasco, sino en todos los puertos pesqueros del Cantábrico. Así lo percibía un pescador vizcaíno, al afirmar en 1708:
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