Los datos que se exponen en defensa de ambas versiones coinciden y, por ello, parece que en el fondo de esta polémica subyace un conflicto ético sobre el derecho de los propietarios de las cartas a venderlas y el supuesto deseo de Clarín de que permaneciesen en manos de su familia.
Las 800 cartas pertenecían a Adolfo Alas, que nombró a su mujer heredera legítima de todos sus bienes. Gamallo se puso en contacto con ella para adquirirlas, a lo que esta accedió. Los herederos de Clarín sostienen que el verdadero deseo de Adolfo Alas era que las misivas fuesen para su hijo, Adolfo. En declaraciones a La Voz de Asturias, María de la O Alas Escobio, nieta de Adolfo Alas, asegura que su abuela vendió las cartas sin el consentimiento de su padre, que era el heredero legítimo.
En este extremo coincide Pedro de la Llave Alas: «Yo era un niño, y recuerdo que mi madre Elisa, cuñada de María Cuervo, le reprochaba cómo había podido vender las cartas, si eran un patrimonio de la familia. Ella contestó que estaban en su casa, y que con lo que había en su casa hacía lo que quería».http://www.lavozdegalicia.es/hemeroteca/2001/06/17/618131.shtml
La Regenta a través de cartas inéditas de la Pardo Bazán a Clarín. Autor: Dionisio Gamallo Fierros