El trabajo se realizaba a partir de la descarga del pescado. A las seis de la tarde salían las lanchas de pesca y no volvían hasta las diez de la noche, a esa hora había que destripar, luego, a la mañana lavar el pescado y pasarlo por las parrillas.
Se descansaba media hora para merendar y una hora para comer y se trabajaba incluso en festivos. La jornada era de ocho horas pero se prolongaba a base de horas extraordinarias.
Mujeres que trabajaron en las fábricas: Jimena de Jacinto, las de Vacas, A Diosa, A Bicha, Ana y Balbina del Conserje, Chicha do Chono, Argimira de Benitín, Rosita da Guidana...
Las fábricas trabajaban al mismo tiempo, si una mujer por la circunstancia que fuese paraba de trabajar en una, buscaba empleo en otra de las fábricas.
Los desperdicios del pescado se usaban para abonos que iban para la zona de Asturias (Grandas de Salime)
Pese a disponer de agua en las fábricas, se iba buscar la de la Fuente de Guimarán para hacer el vinagre y para beber las trabajadoras, por la calidad que tenían las aguas de esta fuente.
*La autora de este artículo es Carmen Arias Ríos (Carmen de Navarret), trabajadora en las fábricas de conservas. Atalaia lo único que hace es transcribirlo