x Juan Carlos Paraje Manso/
En el barrio de La Rochela, parroquia de La Devesa, existe una casa de labor, con molinos, palomar y construcciones anejas, propiedad de los Fernández Barrera, que dentro de dos años cumplirá el siglo de existencia. Hállase este caserío frente al mar, sobre una prominencia que lo convierte en espléndida atalaya, muy cercano a la ensenada y playa de Esteiro de la que recibe su nombre.
A esta casa llegó, en la tarde del 9 de enero de 1.936, el mariscador de Rinlo D. José Antonio Docobo Rañón, con una noticia sorprendente: En la pequeña rada formada en la desembocadura del río, una ballena, al parecer enferma o herida, había atracado, empujada por la marea o el temporal reinante.
Los sorprendidos vecinos se apresuraron a ir a ver al inesperado visitante: se trataba de un cachalote de 17 metros de largo, 3,50 de ancho y 12 de perímetro que, sin duda, síntiendose moribundo, había venido buscando la querencia de tierra como en ellos es habitual. El temporal y la marea, muy viva, lo habían introducido, salvando la Pena Redonda, en la misma costa, en donde – según cuentan-todavía dio coletazos y algunos de sus espantosos rugidos característicos. En esa misma noche, al bajar la marea, algunos vecinos intentaron, a hachazos, arrancarle los dientes, por suponer que eran de marfil, entre los vapores de ríos de sangre caliente.
La noticia corrió como un reguero de pólvora, y aireada en la prensa local y regional, Esteiro y el cachalote se convirtieron en objeto de una laica peregrinación. Miles de personas, de Galicia y Asturias, a pie o empleando los más variados medios de locomoción, se dieron cita en el lugar y desfilaron boquiabiertos ante el voluminoso cetáceo. La carretera estuvo ocupada, sobre todo los primeros días, por una ringlera de autobuses, camiones y turismos, y el camino de Esteiro registró en pocas horas más viandantes de los que había contabilizado en toda su existencia. Los vecinos estaban fritos, pues no podían ni descansar, con aquel continuo tropel día y noche. La Empresa Ribadeo puso lineas especiales de autobuses “para ver al cachalote” e incluso a algún vecino se le pasó por la cabeza la idea de cercar la “atracción” con una valla y cobrar por verla, cosa que no consintió la autoridad de la Marina.
En Ribadeo el farmacéutico, don Claudio Pérez Prieto, conocedor de las valiosas materias de que era portador el cetáceo, organizo el aprovechamiento de los productos que pudiese extraer, y a este fin, después de obtener el permiso pertinente de D. Jesús Baños, Capitán de la Marina Mercante y Ayudante de Marina de Ribadeo, se puso en contacto con D. Pedro María Pérez Fernández, jubilado rinlego que había pasado gran parte de su vida -durante su estancia en la Argentina-trabajando en factorías balleneras en los dos Polos, que accedió gustoso a dirigir los trabajos.
Dos eran los objetivos que los movían a esta empresa: extraer el aceite o esperma contenido en grandes cantidades en su descomunal cráneo, y tratar de localizar en el hígado del monstruo el preciado ámbar, considerado como cálculo biliar de estas bestias y que, según la creencia del experto, podía ser la causa de su muerte.
Para las labores de destaze, reclutaron a D. Jesús Rodríguez, de la Rochela, más conocido como Jesús de Cha o Cafú . Era este un original personaje, seco, nervudo y musculoso, famoso pulpero, al que durante años vimos pasar con frecuencia camino de Vegadeo, en una vieja bicicleta con manillar de carrera, con un cesto rebosante de pulpos en el portaequipaje. Solía llevar el pantalón arremangado por arriba de la rodilla y al entusiasta y regocijado saludo de la muchachada, al cruzar el Campo, correspondía con una amplia sonrisa y agitando el brazo, sin dejar de pedalear vigorosamente.
Completaba este original equipo el popular transportista D. Constantino López Ramos, primo y amigo de los Pérez Prieto, que participaba desinteresadamente en las operaciones y en su camioneta Dodge Lu-966, transportó los bidones de aceite a su finca de La Lodeira.
Con una gruesa barrena de carpintero, bajo la dirección del anciano ballenero, perforaban la cabezota del animal, y a cada perforación brotaba un chorro de esperma que había que recoger inmediatamente en bidones, puesto que al contacto con la temperatura ambiente, se solidificaba con rapidez. Sobre unos 2.000 litros le sacaron.
En cuánto al ámbar gris ya fue otro cantar: el ballenero había traído, como un viejo samurai, media docena de filosos machetes con empuñadura de hueso, de unos ochenta centímetros de largo, recuerdo de sus andanzas en la Antártida. Bajo su dirección, Cafú procedió a operar al voluminoso paciente, pero en el descomunal hígado no encontraron ni rastros del ámbar ansiado, tan apreciado para perfumería. Así las cosas, la operación tocaba a su fin; todavía se le hubiera podido sacar muchísimo más esperma pero, el no contar con medios suficientes y empezar a pudrirse rápidamente aquella mole de grasa, unido a ciertas presiones emanadas de la politiquilla local, obligaron a suspender los trabajos. Faltaba lo más difícil: deshacerse de tantas toneladas de carnaza, pues, aunque cooperaban las gaviotas,venidas en grandes bandadas hasta de Escocia, dado el tamaño del animal y el lugar en el que había varado, sólo asequible a las grandes mareas, la operación se presentaba peliaguda. Lo que en un principio se consideró regalo y fuente de riqueza en pocos días se transformó en problema.
Intentaron quemarlo; rodearon el ya engorroso “muerto”, que despedía un hedor nauseabundo, con varios carros de tojos secos y después de rociarlo con unos cien litros de gasolina, le plantaron fuego. Pero aún quedó cachalote para saciar a un goloso. Aprovechando las mareas, Cafú lanzó al mar grandes trozos, enterró otros y puso en práctica todas las ideas y recursos que se pueden usar a la hora de querer hacer desaparecer un cadáver de varias toneladas.
Cuando el último trozo de “bicho” salió flotando de la pequeña ensenada, coronado por una multitud de escandalosas gaviotas, seguro que el gran pulpero dejo escapar un suspiro de alivio y dijo:¡Vaya o demo con él...!
La playa, rocas y algas, habían quedado impregnadas de sangre y grasa y pasarían meses antes de que dejara de percibirse la repugnante pestilencia.
Del cachalote, además del imborrable recuerdo, en los que lo vieron y “aspiraron”,quedó, junto a la misma playa, un gigantesco hueso del maxilar, formando parte del cercado del prado del Chinelo en As Liñeiras. Huesos y dientes quedan todavía en muchas casas de La Devesa, Rinlo (en donde trataron de utilizarlos para hacer agujas de coser redes) e incluso en Ribadeo.
En términos generales-aparte de enriquecer el anecdotario-el balance de la visita del cachalote fue bastante negativo, hasta el extremo de considerarlo el vecindario como huésped poco deseable,
Seis meses más tarde estallaba la Guerra Civil.
X Juan Carlos Paraje Manso/
Esta podía ser, con toda justeza, la tarjeta de visita de mi personaje. En este inefable Ribadeo la sorpresa aguarda agazapada en cada esquina: ¿Quién me iba decir a mi que don Manuel, nuestro cordial convecino, conservador del reloj de la torre parroquial, era un inventor de padre y muy señor mio?
Nacido hace 75 años en el lugar de Arriba de Lavandeiras, Cillero, en el seno de una familia de labradores, principió desde muy niño y con poca escuela, a simultanear los trabajos de campo con los de molinero en una pequeña aceña familiar. A los 14 años entró de pinche de cocina en la fábrica de conservas de pescado de Vicente Alvarez, de Cillero y al poco tiempo se hizo soldador hasta que vinieron las máquinas de cerrar, en cuyo manejo y conservación nació su afición a la mecánica. Con un amigo de Vivero se inició en la profesión de relojero, y en sus ratos de ocio se afana en desarmar, e intentar armar de nuevo, toda clase de máquina que cayera en sus manos, dedicándose a la reparación de relojes, de las máquinas de coser y de escribir.
Después su vida fue un largo peregrinar-con un paréntesis como mecánico en el Salto de Grandas de Salime-por las fábricas de conservas: Burela, Ribadeo (donde contrajo matrimonio), Ortiguera de Navia, Avilés, Ribadesella, La Coruña, Cillero y al fin, vuelta de nuevo a Ribadeo, hasta el cierre definitivo de la fábrica El Truel en el año 1.961.
Es a partir de esa fecha- y después de realizar un curso de Radiotécnico por correspondencia-cuando comienza a germinar en su cerebro la decisión de plasmar en proyectos concretos ideas
que se le habían ocurrido a lo largo de su dilatada vida profesional, y se dedica con juvenil entusiasmo, a realizar cálculos y estudiar posibilidades.
Hoy en día posee la patente de ocho inventos, cuya importancia, con solo su enumeración, cabe imaginar:
Perfeccionamientos introducidos en las transmisiones. Aplicables a todos los motores y también a los navíos sumergibles.
Mejoras introducidas en la estructura y dispositivos de los submarinos.
Coche turismo anfibio volador.
Dispositivo para hacer involcables los vehículos que discurren por carriles.
Sistema amortiguador de choques en los vehículos.
Nuevo sistema de edificaciones para aparcamiento de vehículos automóviles
Rueda neumática perfeccionada para cualquier clase de vehiculos.
Vehículo anfibio perfeccionado.
Todas estas patentes van acompañadas de minuciosas memorias y detallados planos, cuya vista, al menos para un profano, resulta apabullante y hace recordar las novelas de Verne.
Don Manuel reconoce las dificultades que, para una persona sin relaciones importantes ni título oficial alguno, supone llevar a la realidad alguna de sus invenciones, y se duele, pero no se extraña, de la actitud indiferente de nuestros industriales y de la misma Administración, a todo lo que no tenga una profunda eficacia y no lleve una chapa con un nombre para cuya pronunciación sea necesario taparse las narices y meterse una espátula en la boca; por cuya razón, después de haberse dirigido a la Armada y a la Renfe, sin haber obtenido contestación, está decidido a llevar a la práctica el más modesto y factible de sus inventos, solventando un prototipo con sólo sus propios medios. Se trata de su último proyecto: Vehículo anfibio perfeccionado, una especie de bicicleta que lo mismo puede servir para circular por la carretera que para deslizarse por el mar, río o lago.
Recuerda los almacenes de sal y las gabarras. Las mujeres que descargaban y cargaban la mercancía
Los cuervos de Cabanela, a los que los vecinos les habían enseñado a hablar.
La Romería de Santa Cruz el tres de mayo de cada año.
El Jardín de Sela y el Campo, lugares de arbolado, de juego de los niños y de paseo de las niñeras.
Las familias que vivían en el Alza: Zacurro, Leal, Castaño, Rigueira, Quirolos, Rebumbio, Conserjes...
El lavadero, en Porcillán, bajo la Capilla de San Miguel.
Las fuentes de Cabanela, A Fonte Nova, Guimarán, Virxe do Camiño, San Roque... donde la gente llegaba a pelearse por el agua.
El trabajo se realizaba a partir de la descarga del pescado. A las seis de la tarde salían las lanchas de pesca y no volvían hasta las diez de la noche, a esa hora había que destripar, luego, a la mañana lavar el pescado y pasarlo por las parrillas.
Se descansaba media hora para merendar y una hora para comer y se trabajaba incluso en festivos. La jornada era de ocho horas pero se prolongaba a base de horas extraordinarias.
Mujeres que trabajaron en las fábricas: Jimena de Jacinto, las de Vacas, A Diosa, A Bicha, Ana y Balbina del Conserje, Chicha do Chono, Argimira de Benitín, Rosita da Guidana...
Las fábricas trabajaban al mismo tiempo, si una mujer por la circunstancia que fuese paraba de trabajar en una, buscaba empleo en otra de las fábricas.
Los desperdicios del pescado se usaban para abonos que iban para la zona de Asturias (Grandas de Salime)
Pese a disponer de agua en las fábricas, se iba buscar la de la Fuente de Guimarán para hacer el vinagre y para beber las trabajadoras, por la calidad que tenían las aguas de esta fuente.
*La autora de este artículo es Carmen Arias Ríos (Carmen de Navarret), trabajadora en las fábricas de conservas. Atalaia lo único que hace es transcribirlo
x Juan Carlos Paraje Manso
Pocos días podían compararse-en mi calendario infantil-con el Domingo de Ramos, en el que era obligado acudir a la iglesia parroquial orgullosamente encorvado bajo el peso de un frondoso “loureiro”, cortado días antes en la arribada de las Arenas o de las huertas de Figueirúa.
De los cuatro puntos cardinales de la Villa confluían en el templo los niños y las niñas, estrenando alguna prenda (1)y portando ellas palmas artísticamente trenzadas con lujo de lazos y rosquillas, tentación de golfillos, llevando ellos ramos esbeltos, ramos achaparrados, ramos floridos, de la Regueira, de Obe, del Jardín, de Villaselán, de las riberas rientes del Eo, perlados de rocíos, de brillantes hojas, ramos gigantescos, ramos valientes de laurel con injertos de la cándida oliva.
Para los rezagados, para los señoritingos, aún quedaba el recurso de comprar un ramo en el mercadillo que se instalaba, hasta momentos antes de la bendición, en aquella bancada de piedra con barandilla de hierro que bordeaba parte del Parque.
Una vez dentro, convertíase el amplio templo en tupida floresta, en verdadero bosque mecido por las manos traviesas de inquietos gnomos. Un guirigay ensordecedor de niños parlanchines y padres que airados buscaban el autor del escamoteo de una llorada rosquilla, unido al sonoro rumor del entrechocar de las orgullosas hojas, se apoderaba del sagrado recinto. Menudeaban los desafíos y el templo se convertía en campo de batalla en el que combatían con denuedo los laureles de Cabanela contra los de la Regueira, resultando perdedora siempre...alguna lámpara que con estruendo de chatarra y cristalería se venía abajo, o algún candelabro que sucumbía doblegado ante un molinete. Otras veces enardecidos de jubilosos y rítmicos entusiasmos nos poníamos a golpear con todas nuestras fuerzas los tocones de los ramos en las baldosas del piso: ¡tun, tun, tun! ¡tun,tun,tun! Produciendo un sensacional estruendo capaz de hacer despertar de su sueño a Ibañez y a cuantos bajo ellas reposan.
Era de ver a D. Manuel F. Reinante (el cura de Pita) tratando de poner, a base de gritos y manotazos, algo de orden en aquel bosque sublevado. Supongo que el ecuánime don Enrique, inalterable ante cualquier hecatombe, abreviaría en lo posible la bendición y daría un suspiro de alivio cuando el “bosque” abandonaba su hasta esa fecha pacífico feudo, despidiéndose hasta el próximo año con fragor de floresta caminante, dejando tras de si unos botones de abrigo, un pañuelo ensangrentado, dos bancos volcados y el subyugante frescor de las hojas maceradas del laurel, símbolo de la victoria.
“O que se estrena en Ramos e que non ten pes nin manos” (Dicho popular ribadense)
x Juan Carlos Paraje Manso
A Dña. Ramona y a Don Pedro Fernández Rodríguez ,“Ruanova”
Hasta hace una década, en la que se inició la construcción de cuadras pisadas de cemento, los agricultores de nuestra comarca usaron para cama o “estrume”del ganado, la vegetación rasa de los montes o “molido”. Estaba éste formado esencialmente por hierbas y arbustos vivos: tojos, helechos, “queirotas”,etc., y por vegetación muerta: plantas secas, hojas y el llamado “pelo de pino”.
Con esta olorosa y multicolor vegetación no sólo se cubría el piso de las cuadras de los diversos animales sino que también servía para tapizar los lugares abyacentes a los establos y a la casa (“curradas&rdquo e incluso los caminos. Se lograba con este método – además de mantener entretenida a la gente- el conservar los bosques limpios, accesibles y difíciles de incendiar, amén de dificultar la proliferación de alimañas, (al abandonar esta costumbre los montes han quedado salvajes como en los tiempos de Adán) el tener confortablemente instalados a los animales, practicables los de otro modo enfangados caminos y “vaganíos” y obtener gran cantidad y calidad de estiercol para el abono de los cultivos, tan abundantes en otro tiempo.
Debe recordarse que, en una época no muy lejana, los labradores padecían un gran déficit de abonos orgánicos, que los obligaba a laboriosas e incluso peligrosas extracciones de algas de la costa y, lo que era aún más humillante, a venir a la Villa, (con obligada nocturnidad) y limpiar los cubiles y los retretes de los vilegos – en algún tiempo pozo negro o “estrar”-y ...¡encima pagarles!
Los vecinos de las parroquias de Piñeira y Villaselán, y la media docena de casas de labranza d e Ribadeo, al no disponer en la configuración de sus caseríos de montes que pudieran utilizar al efecto, se encontraban en la necesidad de paliar tal deficiencia, de importancia capital en el desarrollo de su actividad, echando mano de las junqueras de Reme, Porto y Vegadeo. Esto daba lugar a un interesante proceso, típicamenate eoario, mediante el cual, y aprovechando sus recursos naturales, se complementaban dos zonas de nuestra íntima geografía.
Desde tiempo inmemorial llevaban en arriendo los labradores citados, algunos llegaron a adquirirlos en propiedad- parcelas del juncal, que era en casi toda su totalidad pertenencia de los Lamas y Navia-Osorio de Quintalonga, en Santalla de Villaosende, y de los Casas de Ribadeo, que intentaron con la estacada de su nombre y el empleo de gran número de braceros, la desecación de una parte de la marisma. (1)
Al iniciarse el otoño se encargaban de segar y preparar el junco varias familias de su vecindad: Benigno da Fonte, El Fariñeiro de Santalla, etc., y de transportarlo en gigantescas gabarras: los Revisos de Vegadeo, Manuel de Presa, los Galanteois de Vilavedelle y Constante de Porto, que era, además, carpintero de ribera. También transportaban el filiforme vegetal, Meredo de Vegadeo y los Tapiegos y Bustos de Ribadeo.
La verdinegra carga, en descomunales barcadas que hundían los careles y besaban la Ría, era conducida hábilmente hasta la ensenada de la Villavieja-que disponía de embarcadero y rampa, hoy enterrados- y en éstos o en el mismo fangal era trasegada, en una faena comunitaria, a los carros que en gran número en ese lugar se congregaban.
Una vez cargados los carros, tirados por las tardas parejas de bueyes o vacas, uncidas al cuello o a la cabeza, y que casi desaparecían bajo la voluminosa carga, iniciaban la ascensión por la empinada carretera. Aunque este trabajo se realizaba en el otoño -en los agradables meses de Septiembre y Octubre-el ganado se fatigaba y era necesario, de trecho en trecho, “forrar” las ruedas con unas piedras y dar a los sufridos animales un respiro.
Me parece estar viendo pasar la alegre caravana del junco, una tarde cualquiera, atravesando el Campo en larguísima ringlera; (se juntaban a veces más de medio centenar) conducía cada carro un fornido labrador con sombrero de paja y “aguillada” y con frecuencia marchaban a su lado mujeres y niños que no pocas veces iban cómodamente acostados en lo alto de la carga donde, asimismo, iban clavadas las “galletas”
Los niños mañosos-jamás tuve tal habilidad- cogían de las traseras puñados de juncos para trenzar látigos que hicieran juego con los cascos medievales fabricados con hojas de magnolio, empleando la misma técnica que los labradores para enristrar ajos y cebollas.
Daba gusto ver la interminable filera, enhebrando la entonces angostísima aguja de la calle de Villafranca del Bierzo, barriendo prácticamente las aceras y acariciando con su suave brus las lunas de los escaparates. Lentas y solemnes, cual arcaicas deidades de una procesión pagana, pasaban las lustrosas yuntas de bueyes y vacas, (algunos de los primeros herrados que hacían al andar el mismo ruido que un oficial de húsares) orgullosamente agobiadas bajo el peso de lo que representaba a la vez su techo y su sustento, con sus cuidadas “molidas” de las que brotaban la gracia agarena de unos flecos o el primitivismo godo de unas pieles de perro.
Los preciosos animales, después de culminar la Villavieja, y tal vez por efecto de un relajamiento muscular muy comprensible, al iniciar el suave descenso que atraviesa la Villa solían alzar la cola y alfombrar, en involuntaria venganza por los nocturnos letrineos, el trecho comprendido entre el Hospital y el Teatro, con humeantes, verdinegras y olorosas boñigas, que hicieron a un periodista local clamar con insistencia sobre la conveniencia de imponerles un culero.
Los carros en su mayoría eran de grueso eje de madera que giraba enterizo con las ruedas de relucientes “doblas”, y al andar emitían, de no estar bien engrasados o enjabonados, un modulo renchirlegido que, en conjunto, componían un endiablado concierto. También había carros con ejes de acero y ruedas de radios, dotados de freno, mucho más ligeros y silenciosos; unos y otros los hacían: Balbino Pérez “Morán” y Benigno en La Devesa, Atilano Soto en Villaframil, mi pariente Antonio Alvarez en Vilar y José Antonio Eiras en Villaselán (2)
En los diez últimos años los labradores han cambiado, de forma profundisima, sus métodos y cultivos. Estos, eliminado el trigo y en gran parte el maíz, han quedado reducidos a su mínima expresión. Las parejas o yuntas de tiro ( los gigantescos bueyes del Raxao, de Casería, de Antón dos Carros, del Moreno, adquiridos preferentemente en las ferias de La Roda y Vegadeo, del otro lado de la Ría, y que se permitieron- me refiero a una yunta de Ramón Soto, “el Raxao”-competir y ganar un concurso de Arrastre en las Fiestas de Bilbao, han desaparecido y con ellas los carros sustituidos por los tractores. Asimismo, hoy en día rara es la cuadra en la que se utiliza “estrume”.
Los últimos años en los que el junco viajó de un extremo a otro de la Ría-para pudrirse y resucitar en forma de exquisitas verduras y hortalizas y retornar, al venderse en los mercados de Vegadeo, dando pie así a un curioso ciclo eoario-fue a bordo de camiones que lo llevaron directamente de Reme o Porto a sus destinos.
De ese modo, sacrificada en aras de la comodidad, de los adelantos y del bien común, la pintoresca caravana del junco ha desaparecido.
El Gobernador de Oviedo por conducto del de Lugo pidió en 1.882 informe sobre el deslinde de las marismas de esta Ría concedidas a un particular. El Ayuntamiento de Ribadeo contestó diciendo que todas ellas son de propiedad privada, por la que sus dueños pagan contribución. Que el Estado así lo reconoció al pagarles indemnización cuando hubo que expropiar, y que los juncales son casi indispensables para abono y pasto de los ganados.
En el año 1.774 vino al Ayuntamiento de Ribadeo una orden superior para modificar y modernizar los carros de vacas que ya en aquel entonces debían causar asombro a los viajeros. No fue acatada por alegar los naturales deberse tal atraso a la “miserabilidad de los tiempos”. Lo cierto es que tales carros, que subsisten en muchas zonas de nuestra región son más que nada una muestra de mezquindad y rutina difícil de desarraigar.
Actas asambleas
Correspondencia
Incidencias
Publicaciones
Ruegos y Preguntas
x Juan Carlos Paraje Manso/
Pasaba poco de las tres de la tarde del domingo 28 de setiembre de 1.919 cuando un grupo de ribadenses, en su mayoría marineros y chiquillos de Porcillán, presenciaban una interesante maniobra: bajo el mando del Capitán de la Marina Mercante, don Rafael Sanjurjo, Presidente de la Junta Local de Salvamento de Náufragos, unos cuantos hombres procedían a botar al agua, por la Rampa de Porcillán, una extraña embarcación de forma ahusada, pintada de gris azulado, y con su nombre en letras blancas: “FERNANDO VILLAMIL”.
Era esta una lancha de salvamento considerada insumergible, con ese nombre bautizada en honor del ilustre marino de Serantes, que había sido construida en Barcelona en 1.914 y que había venido a substituir, en la Caseta de Salvamento de Náufragos de Guimarán, al viejo “González Ovies” destinado a San Esteban de Pravia.
Con objeto de efectuar las reglamentarias maniobras y ejercitar a los tripulantes en su manejo, luego de examinar detenidamente la embarcación, aparejos y pertrechos, dispuso el Sr. Sanjurjo la salida a vela aprovechando el viento fresco. Hízose pues a la mar, componiendo la tripulación, además del Capitán citado, los expertos marineros, amarradores del Cargadero la Minera de Villaodrid, José Villarino “Chicaro”, Juan Muñiz, Césareo García “Plagas”, José Acevedo, Gumersindo Rivas y Juan Martínez “Tolete” y su hijo Luciano.
Poco duró la navegación: a la altura de la Cueva de los Encantos, cuando se preparaban para ceñir la Punta de Deshonrabuenos, prestos a ganar Cabanela, una brusca ráfaga de duro temporal acometió al insumergible haciéndole zozobrar. Un grito de dolorosa sorpresa desgarró la garganta de todos los espectadores. Al punto los hermanos “Tapiegos” se despegaron con un bote de la Dársena y acudieron presurosos en auxilio de los náufragos que, en cuestión de segundos, habían trocado su bizarra condición de orgullosos valedores, capaces de acometer las más arriesgadas empresas, en la de las victimas más necesitadas de ayuda. Entretanto, desde la Playa de Cabanela, Bruno Martínez Fernández “el Barquillero”, qué había presenciado la dramática escena, en un rapto de arrojo suicida se lanzaba al mar embravecido, llegaba hasta los supervivientes, les infundía ánimos con gritos de aliento y les ayudaba a desembarazarse de sus prendas de abrigo que les impedían libertad de movimientos.
Minutos después en el Muelle de Figueirúa, a donde acudieron presurosamente el Cura Párroco, Sr. Amor Méndez, el Alcalde Sr. Torres Patiño, el Teniente Coronel de Carabineros, el Ayudante de Marina y otras autoridades, dejaba de existir José Villarino, pese a los cuidados prodigados por los doctores López García y Fierros Carreira, y se daban por ahogados a Gumersindo Rivas, que aparecería al domingo siguiente junto al Cargadero, y a Césareo García hallado el martes. Este último era el esposo de la popular Xoquina, aquella buena mujer de excelente humor y gran presencia de ánimo que, ante la desesperada actitud de las llorosas vecinas que iban a acompañarla en su hora de infortunio, decía para consolarlas: “Calai, mulleres calai: que todavia pode estar por ahi agarrado a un penedo...”
Este luctoso acontencimiento, entre los más trágicos que ensombrecieron la Ría en todos los tiempos, es recogido con detalle por “Ribadense” de 2-10-19 y por “La Comarca” de 5-10-19, precisamente en el número en que se iniciaba su dilatada andadura.
Lo repentino e inesperado de la catástrofe, acaecida ante los ojos de los familiares, amigos y convecinos de las victimas, conmocionó al pueblo. Se suspendió el concierto de la Banda de Música y la Función de Cine en el Teatro, en señal de duelo. El Párroco costeó los solemnes funerales,se abrió una suscripción pública encabezada por el Obispo de la Diócesis Sr. Solis y se celebró una sesión de cine -previa circular-convocatoria del Sr. Alcalde- cuyo importe se destinó a aliviar la situación de los deudos de los infortunados marineros.
Después de instruir expediente el abogado D. Justo Barreiro Pico, Secretario de la Junta Local, la Junta Central de la Sociedad Española de Salvamento de Náufragos acordó el aplicar auxilios y pensiones vitalicias a las esposas e hijos de las victimas, indemnizar a los supervivientes, premiar a José López, Antonio Bellón, Ricardo Penoucos y José Rodríguez, con 30 Ptas. a cada uno, por la valiosa ayuda prestada en el rescate, y conceder al temarario Bruno “el Barquillero” la Medalla de Bronce y 40 Ptas. por el hermoso acto de solidaridad con los desdichados náufragos en el que arriesgó su vida.
Asimismo, se tomó la decisión de guardar en su Caseta de Guimarán a la insumergible, suspendiéndola de toda actividad, hasta que, por medio de un detenido examen pericial, se comprobase su estabilidad y resistencia y quedara establecida la garantía de preservar de riesgos a sus tripulantes.
Y desde ese día, allí estuvo y allí continua, en espera de un perito que la redima, o la condene, ensombrecida por un drama que todos los ribadenses, desde niños, escuchamos de labios de algún viejo marinero, unido a un nombre:”FERNANDO VILLAMIL” sinónimo de valor y tragedia en el mar.
En las próximas semanas se decidirán los libros de texto de uso en cada centro educativo de primaria y ESO.
Una de las mayores dificultades de los niños a la hora de estudiar es tener que hacerlo en libros de texto que no están en su idioma, ya que el artículo 13 del Decreto 124/2007 pretendió suprimir la libertad de expresarse en español y reducir a la clandestinidad escolar los libros en ese idioma en la práctica totalidad del horario lectivo, las materias troncales, y dejarla a extinguir en las restantes.
Pese a que el Consejo consultivo de Galicia había dictaminado su falta de cobertura legal [dictamen 366/2007 de 12 de junio], el Bipartido hizo caso omiso de esa recomendación porque la tenía en Cataluña. (El “hecho diferencial” como imitación)
El 19 de julio de 2007 el Partido Popular entonces en la oposición presentó en el Parlamento gallego una proposición no de ley instando al Bipartito a garantizar la «... liberdade de uso das dúas linguas por parte do alumnado, tanto no seu contacto co profesor como na redacción dos exames ...» libertad que lleva aparejada la de poder estudiar en libros en su idioma, dentro de los dos oficiales.
Por su parte, ante la manifiesta ilegalidad de la prohibición mencionada, el entonces delegado de Educación en La Coruña ordenó su inaplicación, aunque referida a un caso concreto, en términos generales e inequívocos, mediante una orden de 01 de octubre de 2008, previo informe de la Inspección educativa de 08 de septiembre, con fundamento en la Ley y asunción expresa de la doctrina del Consejo Consultivo citada
Ante la confusión creada en esta materia por la pervivencia formal de una norma ilegal de rango inferior, y en tanto no sea formalmente derogada, creemos conveniente informar a los padres de que la libertad de expresión de sus hijos en cualquiera de las dos lenguas oficiales durante el horario lectivo, y la libertad de estudiar en libros de textos igualmente en cualquiera de las dos lenguas oficiales, se basan en la primacía de la Ley sobre los reglamentos ilegales conforme al principio de jerarquía normativa, ya que la aplicación de un reglamento ilegal supondría la inaplicación de la ley.
La asociación Mesa por la Libertad Lingüística inicia una campaña para informar de esos derechos cuya efectividad en este momento requiere que las listas oficiales de libros de texto que en fechas próximas expondrán los centros educativos en sus tablones de anuncios oficiales, recojan material didáctico en las dos versiones.
La campaña se desarrollará mediante solicitudes de los padres a los centros y peticiones de la asociación a los responsables administrativos y políticos de Educación.
La Junta directiva,
María José Roca Maseda.
Un último abrazo para ella y para nuestro compañero, su esposo, Luis López Sierra.
para estudiar las posibilidades de implantación de la renta básica (RB) en el Reino de España. Una RB, es decir, una asignación monetaria incondicional para toda la población, sin otro requisito que la ciudadanía o residencia acreditada. Esta propuesta ha sido estudiada y discutida a lo largo de las últimas tres décadas en distintos ámbitos académicos, políticos y sociales. En una situación de crisis económica profunda como la que estamos inmersos en la actualidad, ¿qué papel podría desempeñar una RB? Me limitaré a tres aspectos.
Empecemos por las consecuencias del desempleo. Perder el puesto de trabajo provoca una situación de inseguridad económica y vital bien estudiada. Pocos podían imaginar que la tasa de desempleo llegaría al 17,3% en el primer trimestre de 2009, como ahora constatamos. Existen previsiones de algunos investigadores (Edward Hugh, entre otros) que llegan a estimar hasta el 30% de desempleo para finales de 2010. "Ya vendrá la recuperación", repiten algunos como loros. Y es verdad, pero cuando se acabe produciendo, no podrá absorber en pocos años este monumental ejército de parados.
Si se pierde el puesto de trabajo, pero se dispone de una RB indefinida, el futuro se presenta de forma menos preocupante. En momentos de crisis, donde el desempleo crece aceleradamente, esta característica de la RB cobra mayor importancia social.
Consecuencia inmediata del gran incremento de desempleo, la pobreza aumentará profusamente. Han sido necesarias tasas de crecimiento económico sustancial a lo largo de los últimos lustros para mantener una proporción de pobres de alrededor del 20%. La RB representaría un buen dique de contención de esta oleada de pobreza.
La percepción de una RB supondría una reducción del riesgo en el momento de iniciar determinadas actividades de autoocupación.
A grandes trazos, hay dos tipos de emprendedores: aquellos que tienen un respaldo (familiar, muchas veces) que les permite plantear un pequeño proyecto empresarial de forma razonablemente segura, y aquellos para los cuales la autoocupación es la única salida laboral. En el segundo caso, el riesgo en el que se incurre no es sólo perder la inversión, sino perder los medios de subsistencia, lo que hace que cualquier decisión de inversión resulte mucho más azarosa. Pero el riesgo no termina aquí: en muchos casos, la falta de un capital inicial mínimo retrae a potenciales emprendedores. En una situación depresiva, la RB, además de representar un incentivo, en cualquier caso mayor que sin ella, para emprender tareas de autoocupación, supondría una mayor garantía para poder hacer frente, aunque fuera parcialmente, a las eventualidades de los que el pequeño negocio les ha ido mal. Así como la posibilidad de iniciar otro con más posibilidades que el anterior. Mucha gente que conoce la propuesta de la RB objeta: "Todo esto es muy bonito, pero ¿cómo se financia una RB?". Una RB que tenga sentido debe significar una redistribución de la renta de los ricos a los pobres. Y esto significa hablar del papel de los impuestos. "Los impuestos, lejos de ser una obstrucción de la libertad, son una condición necesaria de su existencia", es la forma de expresarlo del constitucionalista estadounidense Cass Sunstein. Los impuestos y el dinero público pueden emplearse para usos muy diferentes. Cabe recordar que los rescates y las ayudas a los bancos realizadas hasta el momento en Estados Unidos suman 12,8 billones de dólares (hasta abril). O lo que es lo mismo: 42.105 dólares por habitante. Además, esta cantidad es igual a 14 veces el efectivo en circulación (casi 900.000 millones). Y se trata de una cantidad muy próxima al conjunto del valor del PIB estadounidense. Sorprende constatar lo rápido que aflora el dinero público en determinadas circunstancias y lo tiñoso que resulta cuando se trata de garantizar la existencia material de toda la población. En Estados Unidos se ha llegado a esta increíble situación: los tipos impositivos nominales a los
más ricos se han reducido del 91% en el año 1961 al 35% de la actualidad, pero si se trata de beneficios empresariales la tasa marginal aún es inferior. Esta gran rebaja continuada de los impuestos a los más ricos es parte de la explicación de la tremenda redistribución de la renta de los pobres a los ricos en las tres últimas décadas. El que fue ministro del presidente Clinton, Robert B. Reich, escribía en el diario The Washington Post del pasado 1 de febrero que si en 1976 el 1% más rico de EE UU acaparaba el 9% de la renta nacional, en el 2006 ya acumulaba el 20%.
De los más interesantes estudios realizados para financiar una RB, se concluyen dos aspectos de suma trascendencia: es posible financiarla y los sectores de la población con rentas más bajas saldrían ganando claramente respecto a la situación actual. Con la creación el 28 de abril de esta subcomisión parlamentaria para tratar de estudiar la necesidad y la viabilidad de una RB, se abre la posibilidad de que esta propuesta social sea conocida por el Parlamento y por buena parte de la población. Daniel Raventós El País, 7 mayo 2009
http://www.nodo50.org/redrentabasica/descargas/tiemposcrisis.pdf
x Juan Carlos Paraje Manso/
En nuestra Villa, Capital Mundial del Viento, no podían faltar los molinos movidos por el invisible elemento, causa- según las malas lenguas- de buena parte de nuestros desvaríos.
A mediados del siglo XIX todavía funcionaba el molino de Puerto Estrecho “que se hallaba rodeado de árboles”. No tengo noticias de si sus aspas eran de madera o, imitando las velas de la Ría vecina, eran de lona. En algunos grabados y dibujos antiguos se le puede ver destacado en la prominencia con su tejado de pirulí. De Ribadeo hacia el mar el más alto minarete, a los navíos, que con nordés propicio bordeaban el Castillo de San Damián, parecía que, con sus aparatosos brazos de incansable girar, el molino de Puerto Estrecho les saludaba, como un gigante bobalicón, y les enviaba cordiales abrazos de bienvenida.
Recuerdo perfectamente su vetusta estampa, de cubo de torre solitaria ennegrecida por los vientos, con tan solo una viga carcomida, “poleiro” de gaviotas. Su altivo emplazamiento era obligada atalaya de marinos y pescadores desde donde oteaban el horizonte ansiando divisar la calma o las velas esperadas. Su interior, lleno de ortigas, escenario antaño del jubiloso crepitar del grano entre las muelas, no era óbice para que algún circunspecto paseante, urgido de inaplazables ansias, lo transformara en monumental evacuatorio; y en circunstancial templo de Eros, las parejas que en adelantado noviazgo “ya iban por el Cargadero”- en el argot pueblerino recta final que conducía inexorablemente al matrimonio-y que se decidían, con más fervor que comodidad, entre las venerables piedras, a colocar la primera de su sociedad futura.
En el año de 1.955 fue derruido el ruinoso molino de Puerto Estrecho, pacífica mole cargada de menuda historia, después de adquirirlo el pintor don José Cuervo Cortés, por don Marcelino Irimia González, empleado municipal, venido en 1.927 de Villarpescozo. Por este señor me entero de que tenía unos seis metros de diámetro por siete de alto y un grueso de pared de sesenta centímetros.
Con su piedra y la de unas ruinas situadas en las cercanías- supuesta vivienda del molinero-construyó parte de la casa que levantó en su solar y de la tapia con que cerró la finca en donde vive.
En sus esquinales puede apreciarse la piedra de Vilavedelle que tenía el molino en los recercados de la puerta y dos ventanas y en el riel de remonte en el que giraba el artilugio orientador de las aspas, por lo que se puede calcular como construido en el siglo XVIII época en que estuvo en auge el uso de dicha piedra.
El molino del Treixo, en Obe, situado en un altozano cerca de las Aceñas, entre el túnel de la Palmeira y la vía del Ferrocarril de la Costa, es mucho más moderno, pero fue edificado con piedra del Valín por don Balbino Alvarez López-al que sorprendió la muerte en los montes de Reverte en 1.910- hacia 1.888. Es de más o menos las mismas dimensiones que el de Puerto Estrecho, quizá algo más bajo. Su maquinaria era de hierro fundido y de madera de roble. Sus cuatro aspas de lona, graduables según la intensidad del viento, impulsaban con holgura dos juegos de muelas francesas encintadas en acero, para trigo y maiz. Situado en un lugar idóneo al fin, sus rodeznos de hierro , que giraban con el tejado en un doble raíl sobre la pared, le permitían gozar en todo el tiempo del impulso del viento, y el aleteo de sus aspas y el estruendo de su maquinaria se oía a más de quinientos metros. Don Manuel García Alvarez, “El Melecho” me confiesa que, cuando era muy niño, fue moler una cuarta de trigo para los fereixós y que pasó verdadero miedo dentro del trepidante ingenio mientras esperaba. Otros, más arriesgados, como don Jesús Rodríguez Fernández “El Leal”, no vacilaban-cuando el suave viento lo permitía-en agarrarse a las aspas y, en pavorosa “rueda de la fortuna”, remontarse a doce metros de altura.
Fue mandado construir por don Felipe Pulpeiro Pérez, vecino del lugar, cuando vino libre de quintas, y costó la suma de 26.000 reales que en aquel tiempo era mucho dinero. Roto por un tremendo vendaval el eje principal, que era de castaño, y muerto su dueño en 1.929, el molino del Treixo paró definitivamente.Sus velas fueron utilizadas en las eras para limpiar el grano; las muelas fueron cargadas por don Manuel Forés Sueiras con ayuda de un cabestrante y llevadas, las del maíz para el Carboeiro y las de trigo para un molino de Meredo; los rodeznos y engranajes se usaron para carretillos o fueron para chatarra; parte del rotor sirve de sostén a la roldana del pozo.
Hoy, el hijo del dueño, del mismo nombre, me habla con orgullo y nostalgia de aquel ingenio, insólito en estas tierras, y me enseña los fetiches que coronaban su ancestral caserío: El Caballero Mutilado, soporte de un cuadrante solar, y el Melancólico Cantor, busto de delicadas facciones.
Por un prado esmeralda camino hacia el molino, su torre intacta brilla dorada por el sol. Su parte más alta parece nimbada por un entramado de ramas en esta estación desnudas.Por una ventana penetro en su interior: fresco y limpio: tres vigas carcomidas son su única techumbre. En su recinto ha crecido una robusta higuera que en su época convierte al molino en un búcaro repleto de verdor.
Tiene dos ventanas superpuestas al Norte, otras dos al Sur y otra sobre la puerta que da al Poniente.
En lo alto de la higuera una pareja de urracas tartajean escandalosamente.Encerado en el torreón, como José en su cisterna, permanezco largo rato en un ambiente de laxa beatitud, tratando de imaginarmelo en pleno ruidoso movimiento, pensando en la feliz casualidad -familia de Fonsagrada, familia de Obe-que me vincula a los dos molinos de viento; por el gusto de estar...
De pronto el Nordés me trae, del lejano pueblo, blanco y azul, un entusiasta rugido colectivo que penetra por la ventana del Norte, roza la higuera, sale por la del Sur y se pierde en las frondas de La Capela, donde Felipe me dijo que existían los restos de una prehistórica ciudadela.
En la Faxarda- a no dudarlo-el Ribadeo ha metido un gol.
x Juan Carlos Paraje Manso/
La palabra hórreo procede de la latina “horreum”que significa granero, silo, almacén. Desde los tiempos del Imperio Romano, Ovidio, Vadrón, Vitrubio, Columela nos dan noticia- según nos cuentan los que tuvieron el humor de leerlos-de la existencia y buenas propiedades de los graneros sobre columnas en las regiones húmedas.
Es, no obstante, a partir del siglo XVI cuando se empieza a definir el hórreo como construcción característica del Noroeste de la Península Ibérica y más concretamente de Galicia y Asturias, aunque también existen en menor número, en León, Santander, Vizcaya y Navarra. También los hay en el Norte de Portugal y son llamados “espigueiros” Actualmente la forma más fiel y sencilla de representar a Galicia y Asturias, es sin duda, con la jocunda estampa de sus graneros.
Las características generales de su construcción son: el situarse cerca pero independiente de la casa, y el colocarse sobre columnas. Hay diferencias notables entre el hórreo gallego y el asturiano: en su forma, materiales empleados en su construcción e incluso fines a qué se destina.
El hórreo asturiano es de planta cuadrada, como una casita, con tejado a cuatro aguas. Está construído enteramente de madera, (preferentemente de castaño) salvo la cubrición (pizarra, teja o paja) y las “muelas” o “roteiras”, gruesas pizarras redondas o cuadradas situadas entre los “pegollos” y el armazón para impedir el paso de roedores y sabandijas. A veces se divide en compartimentos y en él se conservan las carnes y los embutidos, los quesos, el trigo, la avena, las habas, las manzanas y otros frutos, etc. El maíz lo enristran y lo cuelgan a secar en el exterior donde también se colocan las calabazas para semilla.
Está construido en piezas que se ensamblan entre si perfectamente, sin necesidad de clavos, pernos ni abrazaderas, de tal suerte que se puede desarmar y transportar a otro lugar, del mismo modo que las modernas viviendas prefabricadas. Ello da pie a algunos autores, considerando el sistema extensible a la casa habitación, para pensar si estaremos ante el vestigio, de rara perfección, de una primitiva agricultura trashumante.
Algunos hórreos están decorados con tallas y calados dibujos geométricos que hacen de ventilas y el vértice de su tejado suele adornarse con una perilla de piedra. El espacio inferior se utiliza para guardar el carro, y si se cierra de pared, lapas o tablas, se convierte en bodega, cuadra, gallinero, pajar o incluso vivienda.
Cuando la posición económica de su propietario lo permite, o la fecunda hacienda lo exige, el hórreo toma planta rectangular y entonces se apoya en seis, ocho hasta diez “pegollos”; llamase entonces “panera”, no variando en absoluto su destino.
Hay censadas en Asturias hasta veinte mil construcciones de este tipo. El hórreo asturiano rebasa sus fronteras y en tierras gallegas se interna por zonas montañosas: Fonsagrada, Navia de Suarna, Piedrafita, y el valle medio del Eo, en donde puede verse, conviviendo en gracioso maridaje, en el mismo caserío, con el hórreo gallego.
Tal es el caso curioso del hórreo asturiano más cercano a Ribadeo, que se conserva en el arcaico caserío de Pita, de mi buen amigo Jesús Rodríguez Ourol, situado en el lugar de Portobragán, Remourelle, a pocos metros del fantástico mirador desde el que se divisan las blanquísimas villas de Foz y Burela internándose en el Cantábrico.
El hórreo gallego, generalmente llamado “cabazo” o “cabozo” es de estrecha planta rectangular y suele estar construido de piedra, firmemente cimentado en dos paredes, prolongación de sus cabeceras que le sirven de pies. Cuando sus paramentos están caleados, suelen decorarse con sencillos dibujos geométricos pintados de añil y encarnado. Se usa exclusivamente para secar el maíz que se amontona en su interior. Al contrario que el asturiano, tiene una grandísima variedad de dimensiones y formas, según el capricho y volumen de cosecha de su propietario, siendo difícil encontrar dos de las mismas medidas. Su cubrición, a dos aguas, de pizarra o teja, suele estar coronada en sus cumbreras por perillones de adorno o por la Vera Cruz, lo que a dado origen a que, ingenuos viajeros sajones de antaño, nos catalogaran como extraordinariamente dados a las prácticas religiosas ya que “teníamos una capilla en cada casa”
El hórreo gallego es arrogante, esbelto, señorial. Junto a la casa es torreón de orgullosa independencia, celoso guardián de su tesoro. Cuando abre su compás, enmarcando el camino, da cobijo al horizonte bajo su altivo dintel. Asentado en las colinas es vigía de sendas, pastor de valles, cuño inconfundible de estampas. No ha construido el hombre, desde los albores de la Creación, una edificación más airosa.Las sofisticadas agujas de las catedrales empalidecen junto al sencillo y noble cabazo. Aún corriendo el riesgo de ser tachado de apasionado he de afirmar que, arquitectónicamente, no existe más posibilidad de sacar más bizarría a tan pocas lineas.
El hórreo gallego transpone sus fronteras y, en tierna gallarda conquista, se enseñorea por tierras leonesas y portuguesas, y por la ubérrima Marina, y en las riveras del Navia, en Asturias.
Si existe hasta una docena de variantes, en tierras de Ribadeo están, en mi modesta opinión, algunos de los hórreos más hermosos de nuestra región. Predominan dos tipos de construcción: los que son enteramente de piedra con numerosas aspilleras para su ventilación, y que suelen estar cerrados formando bodega o cuadra en su parte inferior, y los que tienen sus paramentos laterales formados por estrechas tablas de castaño, más modernos y de mejor ventilación-al parecer- que los anteriores.
Incluso, en su casco urbano, Ribadeo cuenta todavía, como muestra de una de sus constantes actividades-agro, mar, comercio-que forman su mixtura, con algunos hórreos. Desaparecido recientemente el que existía tras la casona de las Cuatro Calles, (hoy Caja de Ahorros de Galicia) en pleno corazón de la Villa nos quedan: el del Moreno (detrás de la casa Bibí, el del Horno (precioso ejemplar de aspilleras, de tres plantas, fechado en 1.882), los dos del Raxao y del de Pucha (junto a la Torre de Sierra Pambley), el de la Hucha (frente al Mercado) y los del Zacurro y el Leal en la Alza.
En las cercanías de Ribadeo- en El Jardín concretamente- un monumental hórreo de aspilleras, ya desaparecido, fue dedicado durante muchos años a la más preciosa ocupación que pueda tener construcción alguna: casa habitación. Y puedo afirmar, y jurar incluso, que la buena estrella acompañará siempre al que tuviere la fortuna de nacer en uno de estos mágicos recintos.
Sábado 30 de mayo
Praza Irmáns Suárez Picallo.
Sada-Coruña
Entrada libre. Hora: 16:00
Más de 10 horas con grupos de música en directo en la que tendrán cabida: monólogos, graffiti, break-dance, hip-hop y una concentración de motos con la Asociación Motera Gallega.
Esta iniciativa surge como apoyo a la asociación de víctimas de tráfico Stop Accidentes a raiz de un conversación mantenida entre la asociación de vecinos de Oleiros Anduriña y el bajista Álvaro Muras.
Participantes en cartel:
Spinning Jenny (Oleiros)
Qandovand (Betanzos)
96 Grados (Santiago de Compostela)
Lui Berto (cantautor-Santa Comba)
Alvaro Muras (Coruña)
Flow Sostenido ( Coruña)
Miguel Castro (cantautor- Ferrol)
Sergio Alvarez dj (Arteixo)
3 de Copas (Sada)
Hugo Torreiro (cantautor - Oleiros)
Capitán Morgan (Coruña)
Necronómicon (Sada)
La Comandancia (Tui)
Coldaysun (Coruña)
The Noiz (Mera)
Ruta 77 (Sada)
Shine (Coruña)
6X1 (Vigo)
Bisön (Ribeira)
Tevra (Ribeira)
Scandal (Coruña)
Bau (cantautor- Coruña)
K.A.O.S. (Lugo)
Colaboran:
Concello de Sada, Diputación Coruña y Asociación Xpressionk.
Organizan:
Asociación Anduriña de Oleiros.
Alvaro Muras.
Links:
www.myspace.com/festivalandurina
Presentado hoy en el Registro de Entrada del Ayuntamiento:
Convocada Atalaia por el Alcalde a una reunión (Registro de Salida del Ayuntamiento 19/05/2009 y recibida en el día de ayer) para tratar estos asuntos: Reglamento de Participación Vecinal, Plan General de Ordenación Municipal, Periodicidad de las reuniones, Ruegos y Preguntas.
DECIMOS:
-El 17 abril de 2008 en una reunión a la que también se nos convocó, el Sr. Alcalde acordó con las Asociaciones presentes en reunirse tres veces al año: agosto, diciembre y abril. Y de manera urgente a petición de las Asociaciones. También acordó que se convocaría con diez días de antelación. De esa reunión como de la que se va celebrar no se levantó acta al no tener carácter reglado lo que algunos han dado en llamar “Mesa de Asociaciones”
-En el Ayuntamiento de Ribadeo existe Reglamento de Participación Ciudadana aprobado por unanimidad en el año 1990 , con lo que el mismo BNG le otorgó su aprobación. Y del que Atalaia ha pedido su puesta en vigor
-Esta reunión se realiza, en plena campaña electoral, y no cumple los requisitos que el mismo Alcalde estableció.
Dado la premura de la convocatoria, la hora y el número de asistentes que se nos impone
ATALAIA declina asistir a dicha reunión.
Ribadeo, a 22 de mayo de 2009.
SR ALCALDE DEL AYUNTAMIENTO DE RIBADEO
Castropol, Figueras y Ribadeo
1) Validez de los acuerdos que se adopten en esa Mesa.
2) Fin de la reunión ya que no se ha pactado un orden del día entre las asociaciones que participarán ni tampoco las peticiones que se trasladarán al Alcalde.
3) Que asociaciones, de las inscriptas en el Registro Municipal, han sido convocadas.
Nuestra Asociación se interesa por los siguientes temas:
Reglamento de Participación Ciudadana.
Fondos de Inversión Local para el Empleo (2009- Con que empresas se ha contratado (Cuántas son de Ribadeo); qué empleos se han creado (Se han contratado desempleados de Ribadeo?)
(2010- Petición de creación de una comisión de gestión-seguimiento de dichos fondos en la que participen los agentes sociales: asociaciones/sindicatos y en los que prime la generación de empleo con la obra/tras la obra)
Opinión de las Asociaciones presentes sobre el Reglamento recien aprobado del Hospital Asilo de San Sebastián y San Lázaro y las cuotas a los residentes.
X Juan Carlos Paraje Manso/
Fuente de Espiñaredo,vieja fuente;
¡por un vaso de tu agua
diera todos los vinos y las sidras
que nos vienen de España!
Manuel Rodríguez García.
En los primeros días del presente mes de Agosto, los diligentes empleados municipales repartieron por las casas de Ribadeo, un AVISO IMPORTANTE, en el cual, después de pedir disculpas por la falta de suministro de aguas, debido a las averías surgidas en la conducción general del Rio Eo, el Ayuntamiento aconseja hervir el agua previamente, en los primeros días de su consumo.
Este, que no dudo en catalogar precioso documento, es el pregón de un auténtico acontecimiento histórico: la inauguración y puesta en servicio de la traída de aguas del Eo, que hace el número CINCO de las efectuadas en nuestra Villa.
De 1.536 data la primera, a cuya consecución colaboraron con el Ayuntamiento todos los vecinos, para canalizar las aguas que bajaban de Fonte do Lobo, Monte de Arca, Folgosa y demás regatos confluyentes que, después de mover varios molinos en Folgosa, Reverte y Rio de Obe , venían por la Veiga d´ Aira, Alza, San Francisco y el Campo, en donde se dividía en dos brazos, uno que pasaba por debajo de la Fortaleza y otro por la Plaza, desembocando en Cabanela y en Cova da Vella, no sin antes mover tres molinos, situados al fondo de la hoy calle de Amando Pérez, uno de los cuales fue empujado por una riada al mar.
Para mantener limpia esa primera conducción de aguas con la que contó Ribadeo, el Concejo elegía, los primeros de año, entre otros funcionarios, a un “riero”. Este tenía por obligación, además, limpiar las tres fuentes públicas: la Cavada, la Nueva y la de Gibraltar.
En 1.549 se comisionó al regidor Antonio López para construir el célebre lavadero del Pipelo en el Campo.
En 1.604 Juan Fernández , zapatero, pide y obtiene permiso para poner en la Cova da Vella, fuera de la Cerca, un molino para corteza.
En 1.604 el médico Hernández se empeñó en impedir el embalse de lino en el río: tenía un estanque y el agua del lino era mortífera para sus peces.
En 1.623 se compra por 904 reales un solar en la Rúa de los Hornos para edificar en él la Carnicería (Hoy lavadero)
Habiendo quitado los molineros, en 1.692, el agua del río que viene a esta Villa, acordaron pleitear con ellos, y con los zapateros que se empeñan en lavar en él sus cueros.
En 1.724 se manda subastar la calzada que del Postigo viene a la capilla de la 3ª Orden, con su pretil toda ella por la parte del río (Hoy calle de San Francisco)
Don Manuel Gil de Ortega presenta instancia, que se aprueba en 1.741, por la que se compromete a cuidar de la limpieza y conservación del río, cediéndole la Villa las aguas sobrantes para construir unos molinos sobre el despeñadero de Porcillán.
En 1.763 don Francisco Suárez Villamil reconoce haberse apropiado del agua para mover un molino en su casa de Folgosa. Obligase a cerrar la zanja y no volver usar del agua ni él ni sus herederos pero ... continuó con el molino.
En 1.766, en cumplimiento de la escritura de 1.741 con Gil de Ortega, la Villa deja de nombrar riero
En 1.771 se remató en 580 rs la compostura del cauce del río de 46 varas junto a la Puerta de la Villa, enlosarlo por abajo y arriba y poner pared de cal y canto a los lados. Ese mismo año Arango se obliga a construir a sus expensas el camino, fuente y plazuela de Guimarán.
En 1.772 el maestro de Gramática que imparte su clase junto al Pipelo se queja del vocabulario y modales de las lavanderas.
En 1.775 se derraman por orden del Concejo, los vinos maleados que se expedían en las tabernas, en el río para que los conduzca al mar.
En 1.780 al abrirse el camino de bajada al embarcadero de Figueirúa (Muelle Vello) se descubrió un nuevo manantial en el que más tarde se hizo un lavadero, se reparó la Cavada, en cuya artística fachada figura este año junto a la llave del escudo y se hizo la de la Virgen del Camino.
En 1.803 se cierran las alcantarillas por el peligro que ofrecen abiertas; don Fernando María Miranda y un racionero de la Colegiata, en nombre de todos los vecinos de la Calle Grande (Amando Pérez) piden que se abran algunas para surtirse de agua. Así se hace, dejando cuatro, cuyas compuertas de roble con goznes habían de pagar los vecinos.
En 1.814 Juan Alonso, encargado hace 14 años de conservar el cauce del río, dice que los dueños de los terrenos colindantes “cuasi se quieren apropiar de las aguas para regar sus terrenos”
En 1.839 se quiso ampliar y modernizar esta primitiva red y de su estudio se encargó el sabio ingeniero alemán don Guillermo Schultz, a la sazón en Ribadeo.
En 1.842 se acordó que cada dueño de molino desde las Fontes de Lobo cuidaría de la limpieza del cauce y vigilaría que no se extraviase el agua desde el suyo hasta el de más arriba.
La fuente cuyo venero hacía chorrear los Cuatro Caños fue construida en 1.849 bajo la dirección de don Francisco Torres.
En 1.864 se encarga plano y estudio de traída de aguas desde Fontes do Lobo a don Secundino Regueral.
Se manda hacer una fuente en la Plazuela de la Calle de San Miguel y se deja perder la Fuente Nueva (1.868)
Esta situación persistía en febrero de 1.909 en que fueron examinadas las fuentes del pueblo y sus cercanías con el aparato eléctrico de Boutrón y Boudet, adquirido por la Corporación presidida por el Sr. Cobián Prado, cuyos resultados, a la par que la dotación de fuentes , señalan la preferencia para su consumo:
1ª Fuente do Lobo, Pena da Arca y Folgosa.
2ª Fuente del Reguín y de Obe
3ª Fuente del Bolaño en Obe
4ª Fuente 1ª de la Playa de Cabanela (Pocín de San Antonio)
5ª Pozo de Osorio (Claustro de San Francisco)
6ª Fuentes de Guimarán y Nueva
7ª Fuentes de la Virgen del Camino y 2ª de la Playa de Cabanela.
8ª Fuente de Espiñaredo
9ª Fuente de los Cuatro Caños
10ª Fuente Cavada.
Había los lavaderos de la Alza y el Pipelo; señoras que se dedicaban a lavar la ropa por medio de complicados métodos artesanos, llamadas”coladoras” y otras que hacían un oficio de acarrear agua a domicilio en sellas y herradas. Asimismo muchas de las casas de la Villa disponían de pozos, algunos de los cuales se ponían al servicio del vecindario.Una compuerta, instalada en la Calle de la Trinidad, permitía dirigir el caudal del río a voluntad, hacía el Macelo o La Cova.
Providencialmente -aunque suene a barbaridad-un mes más tarde del examen citado, fallecía en su casa de la calle que lleva su nombre, el indiano originario de Rinlo, don Jesús Rodríguez Murias, legando la octava parte (50.000.-Ptas) de su fortuna, para una obra que su albacea, don Pedro Aenlle Martínez, considerase de verdadero beneficio para el pueblo. Estimada por este señor, como necesidad apremiante, una nueva traída de aguas, hizo el ofrecimiento en ese sentido al entonces alcalde don Emilio García (en reconocimiento a la diligencia del Sr. Aenlle acordó en 1.916 suministrarle gratis toda el agua que necesitase el resto de su vida) y en noviembre del mismo año (1.909) se procedió al aforo de las citadas Fontes do Lobo, Arca y Folgosa, de las cuales confía el ingeniero don Emilio Pan de Soraluce poder obtener un caudal de 108 litros por habitante y día, calculados sobre 4.000 personas de población. El precio de la obra, instalación de fuentes públicas incluida, lo fija en 83.201, 33 Ptas.
En febrero de 1912 ,don Manuel Fernández Tablao “O Pataqueiro”, eterno aprendiz de filántropo, cede gratis al vecindario el uso de su pozo en la Fuente Nueva, al que dota de una bombilla de 15 W para extracciones nocturnas.
En setiembre de 1912, construye la fuente del Pozo, en Porcillán, equipándola de cazo para beber el Sobrestante don José Moiños
En octubre de 1.912 se repara la antigua conducción del Alza.
Los trabajos de la nueva traída se desarrollan con desesperante lentitud. En setiembre de 1915, la tubería, ( de hierro, traída de Gijón) llega hasta Cantalarrana.
Dirige las obras el ingeniero de la Minera don José de Pontes y de la Granja.
En Abril de 1.916 hay un pequeño escándalo: el obrero don José Parada denuncia el haberse colocado, a espaldas del ingeniero, buena cantidad de tubos rotos remendados con cemento: por ahí se irá buena parte de la riquísima agua de Folgosa; la Corporación, en consecuencia, decide cobrar a 45 céntimos el m3 de la que consiga llegar a los hogares ribadenses.
Se acuerda adoptar el modelo de fuente Aurrerá Nº 13 (que equipada con grifo automático sale a 45 Ptas., cada una) para instalar en el Campo, (junto a la portada del Sr. Piñón que luego pasaría a Figueirúa), Porcillán, Fuente Nueva y Cuatro Caños. Después se añadirían las de los Garitos, Virgen del Camino, San Roque, Hornos, Recarey, Alza y San Lázaro. Lavaderos en Recarey, Pipelo, Figueirúa y Porcillán.
En Noviembre de 1.916 se terminaron las obras. Alcalde : Don José Díaz Braña.
En Febrero de 1.919 se clausura el Pipelo y en Noviembre del mismo año se construye el lavadero de Hornos (único que subsiste) en el local del antiguo Macelo.
Las frescas linfas de Folgosa fueron durante muchos años uno de los legítimos orgullos de los ribadenses y, particularmente, tengo la satisfacción de haberlas bebido “a la catalana” en todas sus fuentes; pero el aumento de consumo, unido al deterioro y continua pérdida de la conducción, hicieron que, de nuevo, el abastecimiento de aguas se hiciese problema capital.
Una nueva traída se imponía y, siendo alcalde Pancho Maseda, se construyó en los años 60, embalsando el Río Grande en las faldas del Mondigo y enclavando el depósito en Santa Cruz. Se empleó tubo de drena, para substituir en su totalidad la vieja red de hierro, lo que obligó a cubrir las aceras de imperecederas cicatrices. Realizó la obra don Marcelino Barcia ,de Vegadeo y su presupuesto ascendió a 7 millones. Se instalaron nuevas fuentes: Río de Obe, Atalaya, Cabanela, Parque, Rinconada de San Francisco, Canapés y C. Arenal, estas dos procedentes de la Plaza de Abastos.
Era la cuarta de las conducciones de aguas a Ribadeo, algunos de cuyos encargados es menester recordar: “O Paulo”, don Jesús “O Porteiro”, don Manuel Forés Sueiras, don Francisco Loredo Yáñez, don José Antonio Fernández Villarino y el actual, mi condiscipulo, Jaime Arias.
Pero Ribadeo seguía padeciendo sed; en los veranos eran frecuentas las carencias del precioso liquido y tal déficit jugó una importante baza negativa a la hora de vislumbrarse la instalación de alguna industria. Sabíamos que nuestra sed de siglos sólo podría calmarla el anchuroso Padre Eo que ahora llega a nosotros por el camino que abandonó el tren de Villaodrid.
Que seas bienvenido, Eo. Si desde la noche de los tiempos nos diste nombre, hoy nos das vida. Si desde el nacimiento a la razón saboreamos el dulzor de tus dos vocales-expresión a la par de nuestra más intima identidad-hoy degustamos tu limpidez y frescura. Si desde siempre te vimos pasar en tus diarias bodas con el Mar, hoy te recibimos en nuestros hogares y nos sentimos, más que nunca, hermanados a Ti.
¡BIENVENIDO SEAS, EO!
Sesión Ordinaria del Ayuntamiento Pleno en segunda convocatoria de 27 de mayo de 1.982
Dada cuenta del escrito de D. Manuel Casabella Frade contratado en convenio anual como Encargado del Reloj de la Iglesia Parroquial de la Villa, manifestando que no se encuentra bien para atender el servicio y que busquen otro relojero.
La Corporación, acordó por unanimidad, aceptar la renuncia de D. Manuel Casabella Frade, como Encargado del Reloj de la Iglesia Parroquial de la Villa y examinado por la Corporación la forma de prestación del indicado servicio se acordó asimismo por unanimidad que por la Comisión de Hacienda se estudie este asunto buscando una solución para la prestación del correspondiente servicio.”
https://atalaiaasocvecinos.blogcindario.com/2009/04/01103-relojes-y-relojeros.html
Sesión Ordinaria del Ayuntamiento Pleno de 29 de octubre de 1.981, en segunda convocatoria.-
(&hellip Dada cuenta de la moción del Concejal don Balbino Pérez Vacas, Delegado de Cultura, sobre adhesión del Ayuntamiento al premio de novela Blanco Amor que dice textualmente lo siguiente: “moción presentada por el concejal delegado de cultura. Adhesión del ayuntamiento de Ribadeo al premio de novela Blanco Amor , patrocinado por el Ayuntamiento de Redondela.-enviando certificación de acuerdo a dicho ayuntamiento.” El citado concejal explica en qué consiste el citado premio de novela, que es anual y la aportación económica que presenta para el mismo.
Promovida deliberación sobre este asunto se estima que siendo anual que no es conveniente la adhesión; especificando el concejal don José Ramón Cociña García que por un año exclusivamente no tiene inconveniente, teniendo en cuenta que el presente año lo ganó un Ribadense; manifestando el citado concejal Delegado de Cultura que el ayuntamiento puede dejar de patrocinar el citado premio cuando lo desee.
La Corporación acordó por unanimidad adherirse al premio Blanco Amor exclusivamente para el año 1.982, contribuyendo con la aportación de 25.000 Ptas.
Sesión extraordinaria del Ayuntamiento Pleno en primera convocatoria de 18 de agosto de 1.982
Dada cuenta de la Moción del Concejal D Javier González López que dice lo siguiente: “MOCION, que presenta el Concejal socialista D. Javier González López, para ser tenida en cuenta en el próximo pleno municipal. Que bajo la Dirección del Aparejador Municipal, se coloquen unos testigos en las grietas existentes en las columnas de los soportales de la Torre de los Morenos, para vigilar y estudiar el avance del ensanchamiento de las grietas y la peligrosidad que representan. NOTA. Las columnas, colocadas por parejas, situadas en la rotonda de la Torre presentan cuanto menos, cada una, una grieta de una dimensión aproximada de 2 m. con una separación de bordes de ½ cm. Previamente a la lectura del a Moción, se ausentó del Salón de Sesiones el Concejal D. Antonio Meira González , por manifestar ser el Administrador del edificio de referencia. Sobre este asunto el Secretario que suscribe emitió el siguiente informe: “En cuanto a la Moción de D. Javier González López sobre colocación de unos testigos en las columnas de los soportales de la Torre de los Moreno, he de informar lo siguiente: 1º El indicado edificio tiene iniciado un expediente de ejecución de obras necesarias para conservar las condiciones de seguridad, que elevado a la Comisión Municipal Permanente, en sesión de 18 de mayo ppdo., a petición del citado Concejal D. Javier González López se acordó por la citada Comisión dejarlo sobre la mesa, ya que los afectados van a solicitar ayuda ante el Patrimonio Histórico Artístico para reparación del citado edificio. 2º La materia que nos ocupa es un caso típico de la Comisión Municipal Permanente, según constante Jurisprudencia del Tribunal Supremo y no del Ayuntamiento Pleno.. También se nota la falta para iniciar el procedimiento de un informe y comprobación previa efectuada por el Aparejador Municipal, ya que el anterior informe emitido por el Aparejador Municipal, en el expediente citado que se elevó a la Comisión Municipal Permanente no se refiere a las citadas columnas, sino a cales, cornisas, balcones y cúpulas.” El citado concejal defendió su Moción, haciendo mención a los pilares a que se refería y que consistía en poner escayola en las grietas para observar si iban a más. El concejal don José Rajal Río, preguntó si tenía facultades el Ayuntamiento para hacer eso en un edificio particular, informando el Secretario que suscribe, sobre lo dispuesto en los arts 10,11 y 16 del Reglamento de Disciplina Urbanística que manifiestan que los Ayuntamientos podrán ordenar a los propietarios la ejecución de obras de restauración en caso de ejecución de obras para conservar las debídas condiciones y realizar comprobación sobre si un inmueble o construcción ofrece tal deterioro que es urgente su demolición y existe peligro para las personas o bienes en la demora en caso de expediente de ruina. La Corporación, acordó por unanimidad, colocar los testigos a que se refiere la citada Moción en el indicado edificio.
|
En TVG.
Saldrán Pepe Navarret, Marcelino (de Pertejo), Cando, las mariscadoras Antonia y Celia, Rafa y Ramiro.. más
en
http://programasalitre.wordpress.com/
Dada cuenta del escrito del Grupo Musical Regional FOLLAS NOVAS, de esta Villa, manifestando que tiene previsto un viaje a Argentina en fechas próximas, y que será una embajada ribadense en aquellas tierras, interesando una ayuda para tal fín.
La Comisión de Hacienda emite el siguiente informe.
Visto el escrito de Follas Novas, interesando una ayuda para un viaje a Argentina y propuesta por los miembros de la Comisión de diversas fórmulas para concretar la cuantía de la indicada ayuda, se acordó por unanimidad proponer al Ayuntamiento Pleno, ya que llevarán el nombre de Ribadeo a la Argentina, concederle la cantidad de 100.000 Ptas para el indicado fin y adquisición de un regalo para su entrega a la colonia de Ribadeo en Buenos Aires a través del Centro Gallego en la forma que se estime más conveniente.
El Concejal D. Eduardo Gutiérrez Fernández rogó que el mensaje fuese en gallego.
El Alcalde-Presidente expuso cual podía ser el obsequio para que llevasen, entre un Pote Gallego, un Gaitero, un Hórreo o una fotografía de Ribadeo.
La Corporación acordó por unanimidad, autorizar un gasto de 100.000 Ptas, como aportación municipal para el indicado viaje del Grupo Follas Novas, a cargo del Presupuesto Municipal Ordinario para el presente ejercicio de conformidad con el informe de la Comisión de Hacienda, ya que se trata de una representación artística ribadense en un viaje a la Argentina y facultar al Alcalde-Presidente para la adquisición del regalo que estime más conveniente para su entrega a la Colonia de Ribadeo en la Ciudad de Buenos Aires.
Sesión ordinaria del Ayuntamiento Pleno en segunda convocatoria de 29 de abril de 1.985
Sesión extraordinaria del 27 de noviembre de 1.980, en primera convocatoria.-
Abierta la sesión por el Alcalde-Presidente, se procedió al acto de toma de posesión del concejal Doña María del Pilar Real Cangas por renuncia de Don José García Salgado, dándose lectura por el Secretario que suscribe de que ha sido designado Concejal elector por el Municipio de Ribadeo, Doña María del Pilar Real Cangas, por renuncia del citado concejal en la lista presentada por la Candidatura Progresista Independiente en las elecciones de 1.979, y previo juramento prestado por el mismo de cumplir fielmente las obligaciones al cargo y lealtad al Rey y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, el Alcalde Presidente le dio la posesión del cargo
* Ver https://atalaiaasocvecinos.blogcindario.com/2009/05/01129-las-mujeres-en-el-poder.html
A las cinco de la tarde en la Casa da Xuventude nos juntamos cinco socios de Atalaia, disculpando su no asistencia siete.
No se procede a la lectura del acta anterior porque uno de los ausentes es quién tiene a su cuidado el Libro de Actas de Atalaia.
Para organizarnos y que queden más debatidos y consensuados los asuntos que se llevan, quedamos (con lo que no resulte urgente ) en preparar entre todos en la reunión que celebramos el 15 de cada mes y así los primeros jueves podemos volver a discutir las propuestas y aprobar.
En Ruegos y Preguntas se comenta la visita del lunes próximo a Guimarán y que ese mismo lunes llega la nieta del Altruán a Ribadeo y se queda en estar una tarde a su disposición para enseñarle la Villa.
Se da cuenta de una reunión de la Mesa de Asociaciones convocada por O Tesón que tendría lugar el próximo sábado 23 a las 8:30 de la tarde (sin especificar lugar) y en uno de sus puntos el Reglamento de Participación Ciudadana. Se queda en asistir y pedir que se trate también, dada su importancia, el tema de los Fondos de Inversión para el Empleo y tratar que estos nuevos del 2010 se pacten con los agentes sociales y generen empleo realmente. Otro punto que nos interesa mucho es el del Hospital Asilo de San Sebastián y San Lázaro en lo que se refiere, sobre todo, al pago mensual de 600 € (válidos), 800 (dependientes) para el 2008 y que entendemos debe rebajarse ya que la mayoría de nuestros convecinos cobran como mucho 565 €/mes; es decir lo que se paga actualmente vetaría el acceso a una parte importante de la población.
Dado el nombramiento de Anxo Lorenzo como responsable de política linguistica, quedamos en enviar una queja al Presidente de la Xunta
Su web http://webs.uvigo.es/alorenzo/PL_Ligazons.htm
http://www.xunta.es/linguagalega/publicacions_en_lina
Antes de publicar el Ribadensario, esperar a que nos pase el programa M Acuña, para mejorar la presentación.
A las siete y media de la tarde termina la asamblea.
Los pregones de la calle-hoy desaparecidos-eran sonoras, vivas proclamas, que quebraban el sopor pueblerino, el silencio de las calles, y poblaban de luces y sombras, de novedad y exotismo, por unos instantes, la monotonía del cotidiano vivir de nuestra ciudadela, donde eternamente silba el viento y arrulla el mar.
Pregoneras de ayer y hoy son las campanas, que desgranan la dulce o amarga espiga de alegrías o tristezas y que enmudecían, prudentes, en tiempos de peste.
Como enmudeció, desde tiempo inmemorial, el pregonero del Ayuntamiento (1) que”por orden del Sr. Alcalde ... etc”, anunciaba, ordenaba o prohibía, tal o cual cosa, substituido por los tablones de anuncios estrategicamente colocados: Puerta de la Villa, Capilla de San Roque, un Arbol del Campo talado al hacer la carretera nueva, la Plaza del Mercado, etc., y por los periódicos locales, que de este modo se enriquecieron con la altisonante prosa de los “Hago saber”de turno. Hay argumento para todo un desternillante libro, sin exprimirse demasiado el seso, con sólo reproducir una selección de los Bandos Municipales.
Me cuentan los patriarcas ribadenses que todavía recuerdan al sereno (2) con su farol y chuzo, condenado a andar como un alma en pena todas las noches, deleitando a los insomnes y despertando a los durmientes para informarles: “¡Las doce en punto y sereno!” o “¡ Las diez en punto y lloviendo!” naturalmente guarecido en un portal mientras diluviaba. Al aprendiz de sacristán Feliños, personaje que se encargaba de anunciar por todo el pueblo entierros, bodas y cabos de año, después de unos campanillazos previos. A Xancín que iba a esperar la diligencia procedente de Baamonde o de Vivero hasta los Canapés y precedía a las sudorosas caballerías de pesada cascabelería dando bocinazos. A los encapuchados trompeteros de Semana Santa, encargados, a base de cornadas, de caldear el ambiente previo al desarrollo del Santo Encuentro.
Asimismo se dice que hace más de medio siglo, numerosos comerciantes y buhoneros, provenientes de León y Castilla, acostumbraban a vocear por las calles de Ribadeo, su mercancía:”¡Manzanilla, flor de tila, flor de malva, sanguinaria!” anunciaba el yerbatero, con un caballo cargado con los sacos de sus aromáticos productos. “¡Quesos, quesos!¡Quesos de Castilla!” ofrecía otro vendedor, también portador de aromas.” ¡Pimentón dulce y picante!¡El pimentoneroooo! Clamaba otro no menos oloroso. Con su caballo “Pájaro” cargado con dos barrilillos voceaba “¡El vinagrero, vinagre!””¡Agua!”contestaban los pilluelos ya que solía prepararlo con una poción química en cualquiera de los regatos de las cercanías y sus barrilillos jamás se agotaban.
Había pregones que por su entonación y mercancía eran más urbanos, con sabor ciudadano: “¡Hay churros calientes!””¡Patata frita a la inglesa a diez y a veinte el paquete!” rogaban hace cincuenta años unos santanderinos que vivían en el Patín, ofreciendo el proletario producto en tentadoras y crujientes obleas. Valencianos de los Cuatro Caños eran los que, en los tórridos veranos de otra época, ofrecían la deliciosa golosina: “Hay helado a diez y a veinte!”
Yo recuerdo al afilador, visitante ocasional, precursor de la lluvia. Aparecía en los momentos más inesperados provocando el: “Ooooi, ¡vai chover!” de los agoreros. Filosófico, impenitente trotamundos, socarrón, indiferente a todas las puyas, boina hasta los ojos, mugriento blusón, pantalón de pana y zuecos herrados que emitían un carrasclás imponente, empujaba su desvencijada rueda-dislocado invento, mezcla de carro, taller, mostrador, alacena, muleta, etc.,-hacía sonar su cromático silbato y ahuecaba la voz para decir: “¡Afilador y paragüero!” (“¡Cuánto más burro más parrandero!” era la contestación burlesca. Y a continuación, en rápida y casi ininteligible retahila:” Afila cuchillos, tijeras, navajas, arregla potas, porcelanas y paragüaaas...”
“El Calendario Zaragozano y Gallego!¡El que da buen tiempo si viene!” ofrecía, por las calles céntricas, a primeros de año, Braulio Ibañez-santanderino afincado en Barres-el pecho recamado con su colorida mercancía, que en el Mercado también, guasón, proclamaba : “¡Vendo bozos para los animales de los labradores!”
Y que se decía del mielero, pulcro caballero aceitunado, de gorra de visera y limpísima romana al hombro, barrilillo reluciente de asa de cuero y el cucharón de madera asomando. Aquel hombrecillo era portador, sin saberlo, de dos soles: el tibio de nuestra tierra, hecho plata en el deslumbrante platillo de su omóplato y el de la suya: dulce melaza dorada en su barrilillo. Sin embargo se conformaba con decir en tono nasal, apretando las sílabas y rayando las erres: “¡Buena mieeel del mielero de Alcarriaaas!” Jamás vendió nada en mi barrio; inequívoca señal de que sobraba dulzura o faltaban cuartos.
También tocaban un pito, más sin pregón, cuando pasaban, lustrosos, con boinas y blusas negras, bastones de asa de cuero y abultado regatón, con un aire de chulería siniestra que escalofriaba, en soberbios caballos que batían con firmeza el cemento con sus acerados cascos, los del más triste oficio, más crueles que verdugos: los capadores.
También pregonaban, precedidos de destemplados pasacalles a base de trompetas abollada y redoblante, los nómadas titiriteros:”¡Hoooy! A las diez en punto de la noche en el Campo de Santa María ¡Comedia!!”
Pero el más alegre, quizá el más bello pregón que hayan escuchado mis oídos, el que como un grito ilusionado acompañaba mis nostalgias en el destierro, era el que hasta hace poco hacía vibrar nuestras empinadas rúas que dan al mar, en boca de una jadeante menguada tropa que ascendía hasta conquistar el pueblo entero: “¡Ay, que sardiña cabezudaaa!¡Ay que pescado vivooo! (¡Matalo! Solíamos contestar los chiquillos) anunciador de las riquisimas, frescas, plateadas, irisadas especies.Suscitador de revuelos en las amas de casa, estrépito de platos y convenciones de gatos.
También pasaba a veces- muchas más de las que se quisiera- la para nosotros aterradora visión del Santo Viático. Había que abandonar los juegos y sin ningún comentario postrarse de rodillas cuando pasaba el sacerdote, con paso apresurado porque la muerte no espera, a duras penas seguido por tres o cuatro bisbeantes beatas y acompañado por un monaguillo de ropón negro con una urna de cristal colgada a modo de maleta con una vela encendida en su interior, en una mano, y en la otra una gran campanilla que batía de vez en cuando y cuyo ¡tilín! ¡tilin!, agudísimo taladraba el cerebro y ponía la carne de gallina. Como siempre me había intrigado le pregunté a un antiguo monaguillo: ¿Como sabíais cuando teníais que tocar? -Cada veinte pasos. Me contestó gravemente.
Las funciones del pregonero eran publicar los bandos y azotar los delincuentes. En 1573 era Pedro Pallino (?) Oficial de la Villa: pregonero y verdugo. En 1.587, Gabriel de la Casa, natural de Insua, Santa Marta, es ajustado por el Ayuntamiento como pregonero, guarda del Campo y de la Alameda de la Virgen del Camino, dándole además de las “condenas”, un vestido nuevo con las armas de la Villa cada año.
En 1.850 se crean los serenos y el alumbrado público.
x Juan Carlos Paraje Manso/
Carnaval es el tiempo comprendido entre Reyes y Cuaresma y más particularmente el antruejo (para nosotros “antroido&rdquo o los tres últimos días de este periodo.
Su origen es remotísimo y se enraíza con ciertas prácticas religiosas de la antigüedad. Durante el Carnaval, por tradición, se tiende a adoptar una aptitud de frivolidad, desenfado y fantasía. Son características carnavalescas los cantos y bailes, las batallas de flores, los desfiles de carrozas, etc. y fundamentalmente la costumbre de enmascararse, de transformarse por unas horas en seres distintos de los que se es en realidad, que tiene una profunda raíz psicológica.
Fueron famosos los Carnavales italianos y franceses de los que todavía perdura la fama de los de Niza y Venecia. En Hispanoamérica se celebran con gran brillantez y fantasía y en ellos se amalgaman elementos precolombinos, europeos y africanos. El más conocido es el famoso Carnalva de Río, uno de los espectáculos y vivencias más interesantes y fastuosos del mundo. En él todos los habitantes, convertidos en frenéticos actores en una interminable procesión de música, baile y colorido exhuberante, cantan y bailan, ríen y gozan, hasta el paroxismo.
Objeto de sucesivas prohibiciones y tolerancias, según los vientos imperantes, en nuestro país tiene el Carnaval escaso relieve. No obstante, para nuestras gentes galaicas, tan enraizadas y afines en las viejas costumbres y culturas, constituye una de las fiestas mayores del año, solo superada por las Navidades o el Santo Patrón. Más modestos que los brasileños, nuestros “desenfrenos” suelen traducirse en alardes gastronómicos, pues sabido es que nuestros humildes vicios-por limitaciones bien ajenas a nuestra voluntad-suelen monopolizarlos los desafueros estomacales. Lo cercano de la matanza hace que ciertas partes del cerdo, cabeza y rabo (o sea: proa y popa de la tozuda bestezuela) manjares obligados de estas fiestas, amén de las consabidas frituras: flores, chulas, filloas, empanadillas, fereixós, etc.costumbres que continúan en gran parte vigentes en nuestros días.
En otros tiempos era nuestro viejo Teatro, propiedad de la Sociedad Filantrópico Dramática (fundada en 1.835) obligado recinto en el que se celebraban los fastos públicos al Rey Momo. A tal fin, una brigada de obreros de Santos retiraba las butacas y levantaba el piso, que era de quita y pon, sobre unos caballetes hasta dejarlo al nivel del escenario (en donde se instalaba la cantina) y de las plateas (hoy desaparecidas) que formaban una herradura adosada a las paredes y dividida en compartimentos independientes. Quedaba de esta suerte nuestro Coliseo convertido en amplísimo salón de baile. Los palcos altos también se transformaban, con unos tableros al efecto, en compartimentos, y tanto estos como las plateas eran alquilados, con mucha anterioridad a su celebración, para todos los bailes de Carnaval, y desde ellos las familias ribadenses contemplaban el espectáculo de los danzantes e incluso -en el baile del Martes que duraba hasta el amanecer-cenaban. Los bailes tradicionales eran tres: el Domingo, el Lunes (dedicado en parte a los niños) y el Martes de Carnaval que era el más importante y apoteósico.
También solía celebrarse otro baile al domingo siguiente, o de Piñata, en el que se suspendían bolsas conteniendo caramelos, regalos y baratijas, y que era el postrer coletazo con el que se despedía el Antroido.
Según nos cuentan quienes tuvieron la suerte de vivirlo, estos bailes del Teatro constituían un festejo popular inenarrable: abarrotado el amplio recinto de danzantes vestidos con los más disparatados atavíos, bailaban, reían, bromeaban, se empujaban o se trompicaban en un derroche de hilaridad y diversión. Adornado el local con mascarones, farolillos y guirnaldas multicolores, los danzantes se movían en oleadas o se abrían paso como podían a través de quintales de confeti que llovía de todas partes y las tupidas “lárgaras” (serpentinas) que transformaban el salón en selva intrincada.
Corría la parte musical a cargo de Conrado Paz (hojalatero, fontanero, barbero, músico, etc) que aporreaba con denuedo un piano de cola, la murga del representante de comercio Leoncio Rodríguez (inmortalizado en unas no muy elegantes cuartetas) organillo de manubrio, el cuarteto ribadense de Manso, los Quirotelvos de Castropol, etc.
En las sociedades privadas también se celebraban bailes de disfraces: La Piña, La Tertulia de Confianza, La Prosperidad, El Casino, El Circulo de Recreo, etc., con más espacio y corrección, sin duda, que en el Teatro pero sin su innegable encanto de follón multitudinario.
Eran frecuentes las comparsas formadas por numerosos componentes, diestros en el manejo de instrumentos de cuerda, de la misma Villa o venidos de Castropol, Figueras, Mondoñedo, Rinlo, etc.que amenizaban las fiestas desfilando por las calles.
Asimismo y en diversas épocas, había grupos jocoso-musicales que cantaban y vendían coplas en las que se ridiculizaba de forma ingeniosa actitudes o expresiones de conocidas personas de la localidad como aquellos famosos “Sinapianos Carnavalescos” (Sin animo de ofender) atribuidos al inolvidable guardameta “Chombo”, cuyos hilarantes dichos: “tengo los pies que adoezo”, “si es corta se le amece, si es larga se le rabena”,”trabale en el pe”, “antes de darlo lo relo”, etc, han adquirido carta de naturaleza y se han hecho clásicos, incluso ignorando sus orígenes, en el léxico de la Villa.
Hubo un tiempo en que nuestros celosos pastores conceptuaron el Carnaval como “fiesta de Satanás, propicia a toda clase de tentaciones, ocasiones y acechanzas y causa de no pocos desenfrenos que suelen conducir a la perdición”, tal vez, pensando en su candidez que “en cuestión de faldas para el seglar, todo es cosa de coser y cantar”, tan lejos de la realidad como bien sabemos los que impenitentes, buscamos las “asechanzas” y “ocasiones” por todas partes, sin haber conseguido jamás “comernos una rosca” o “vender una escoba”.Verdad es que en parte tenían razón: “ocasiones” no faltaban y más de uno logro “ligar” después de toda una noche de anhelante flirteo a ... su propia esposa, y alguno bebió los vientos por el ágil talle de una morena que resulto ser... un bizarro oficial de carabineros. Lo dicho: fuera de algún exceso gastronómico-aliviado a base de vomitona súbita-estornudos de “pica-pica” y explosión de bombas fétidas, el “desenfreno” carnal de los bailes ribadenses, excepto algún “amaño” previo, solía reducirse al encontronazo múltiple entre glúteos de dudoso sexo, a algún manoteo de varia suerte y a los pisotones, que dejaban los juanetes de los bailarines hechos cisco.
La “perdición”, por el contrario, era harto numerosa-según la confidencia de una de las señoras que efectuaban la limpieza del Teatro (varios volquetes que hacían también a las veces partícipes de camas multicolores)-pues solían dejar abandonados en el campo de batalla toda suerte de objetos,desde relojes de bolsillo a zapatos, pasando por dentaduras postizas, sombrillas y ligas desparejadas. Pero todo volvía a encontrarse, salvo “una caña de indias con puño de plata con mis iniciales que por ser recuerdo de Ultramar tengo en gran estima y que a quién entregue gratificaré con largueza...” propiedad de don Manuel do Pataqueiro, de la que nunca más se supo.
Después del obligado paréntesis de la Contienda, los Carnavales en Ribadeo, durante los años cincuenta tuvieron, acogidos a la benevolente liberalidad del entonces alcalde Pancho Maseda, que confiaba en la cordura de su parroquia, un desusado esplendor quizá único en España: cientos de personas enmascaradas pululaban por las calles de la Villa hablando en el falsete tradicional y gozando de lo lindo, hasta el extremo de que resultaba difícil encontrar una persona vestida con normalidad. Gentes venidas desde cien kilómetros a la redonda acudían a disfrutar del-en aquellos tiempos-increíble espectáculo. Volvieron a salir las comparsas, charangas y parodias -incluso se celebró una bufa Corrida de Toros en el Cantón-alegrando con su humor desbordante las calles. Resulta obligado recordar a Candido Rodríguez “Carrancas”, Antolín Prad “Tili”,Antonio Amor “Gasparito”, Pepe Varela, Pepe Barrera y tantos y tantos otros que con un derroche de humor e imaginación nos hicieron desternillarnos de risa y pasar unas jornadas inolvidables. Los bailes en Rosa Lar y el Casino renovaron pasados fastos, etc.
Jamás hubo ningún incidente, salvo si se exceptúa el nervioso lance de mi profesor, el hermano Isidro, con una joven enmascarada frente a la desaparecida Capilla de la Misericordia, del que fui testigo: el buen Hermano -nuevo en esta plaza- que a primeras horas de la noche iba a buscar a Casa Bibí su periódico y se encontró con el desenfrenado desfile de mascaritas, no digería que tal cosa pudiese ocurrir en hispano suelo, ni, por supuesto, podía darse cuenta de que él mismo, entre la alegre mascarada, no desentonaba en absoluto.
En los últimos años ha caído en franco desuso la saludable, regocijante y antiquísima costumhre de disfrazarse. Sólo se ven por la calle cuatro chiquillos y mascaritas de poco pelo, aunque continúan celebrándose los bailes tradicionales.
Quizá en el Carnaval, como en tantas otras cosas, nuestro Ribadeo esté sujeto al flujo reflujo de las modas, de los ánimos, de las actitudes, de las circunstancias; u obedezca a misteriosos ciclos y rotaciones cuya cadencia desconocemos...
O tal vez, convertida nuestra vida, tanto pública como privada, en una constante mascarada, en un continuo Carnaval, en la que la mentira es válida moneda y el fingimiento norma, no sentimos, al llegar estos días, la necesidad urgente de cambiar de sesgo y de careta, de romper con la monotonía diaria.
A las cinco de la tarde y como siempre en la "Casa da Xuventude"
Orden del día:
Lectura acta anterior
Normas de organización
Ruegos y preguntas
Un personaje inquientante e inolvidable en la niñez de muchos ribadenses, en especial para los que nacimos y nos criamos del Palacio de los Moreno para abajo (que es por donde pasa una de las invisibles lineas divisorias del pueblo,definitorias de costumbres y vivencias infantiles, que condicionan a las personas de por vida) fue aquella mujer, de estatura imponente y severo semblante, conocida por “Marión”
Era esta señora para nosotros una especie de fantasmón siniestro, a cuyo paso suspendíamos los juegos, bajábamos la voz y, sin perderla un momento de vista, fascinados, nos apretujábamos contra una pared e incluso algún pusilánime se refugiaba en un portal.
Su invariable indumentaria, o parda o caqui, era una extraña mezcla de uniforme y hábito, compuesto de largas sayas y chambra, cubiertas de remiendos hasta el extremo de hacer difícil la localización de la tela original. Recogía colillas, y al agacharse, con la agilidad que le confería una larga práctica, dejaba entrever por los bajos una deshilachada enciclopedia de harapos.
Siempre con la cabeza cubierta, de invierno con un pañuelo del mismo color que el atuendo, con un viejo sombrero de paja que acentuaba su aspecto varonil, en verano, calzaba gruesos chapos con alpargatas o zuecas según la estación y renqueaba algo, a consecuencia de una vieja caída en la Cova das Areas.
Su voz grave y monocorde, a la par tímida e insolente, tenía siempre un timbre de queja, amenaza o súplica. De carácter seco y fácilmente irritable, en su mirada directa orgullosa y desafiante se leía una rotunda disposición para repeler prentamente el menor ataque o burla, con improperios de grueso calibre o enarbolando su inseparable “sacho”-pequeño, pesado y romo-que le servía a la vez de herramienta, arma y báculo.
Y a pesar de ello, de su erguida figura y sonrosado rostro se desprendía una rara elegancia, una absurda majestad, que sobrecogía el animo e inspiraba temor, respeto y admiración.
“Marión” vivía en un departamento de una casa del Callejón de la Atalaya, y cuando regresaba del monte de buscar leña o de las playas donde mariscaba, que eran sus ocupaciones habituales, solía apoyarse en el pretil mirando al mar mientras fumaba un grueso pitillo, puesto que el fumar era una de sus chocantes costumbres que, interpretada bajo la óptica de aquel entonces, contribuía a definirla como de carácter hombruno.
Empero, lo que más nos impresionaba de aquella extraña mujer, era la certeza-por haberlo oído de labios de nuestros mayores, de qué había matado a un hombre.
Hay que remontarse a cuando María Pastora Castro, natural de Masma (Mondoñedo) era una arrogante moza que unía a su estatura y robustez, casi masculinas, cutis terso y sonrosado que si en la vejez conoció arrugas, dientes pequeños y blanquísimos y ojos rasgados, unas formas turgentes y armoniosas que la hacían comparable a las asexuadas esculturas marmóreas de Miguel Angel
Tras una corta estancia en Las Anzas, la rústica Venus había cruzado la Ría para servir en una casa de labranza en Piñera (Castropol) y después alquilar una casita en Donlebún (Barres) en donde tenía ovejas y gallinas, dedicada a laborear la tierra para quién la solicitaba, trabajar en las fábricas de conservas de Figueras y la que sería su ocupación favorita: mariscar , en la ensenada de Berbés y la Liñeira.
Su soledad y silvestre belleza la hicieron presa codiciada de conspícuos varones del contorno que merodeaban su casa, incansables, en demanda de sus favores.De este asedio son fruto pintorescos lances que demuestran a la vez que su extraordinario vigor físico, el extricto concepto que tenía María Pastora del trato y de la palabra empeñada.
Cuentase de un caballero que por mostrarse remiso a la hora de gratificar sus gracias, hubo de arriesgarse a un enfriamiento mortal, al cabalgar, en procura de su montañoso feudo, como Lady Godiva o poco menos...
De otro ingrato amador se sabe que, al confesar hallarse exento de bienes monetarios, después de haber gustado de la manzana prohibida, sufrió de la confiscación de la gabardina, misma que, usada como capichuela, exhibió la brava walkiria al día siguiente en las “ameixolas”, causando las asombrades cruces de las comadres castrolinas.
Aunque también, todo hay que decirlo, hubo quién supo mostrarse espléndido en extremo, hasta el punto de que, cuando fue aprehendida, poseía alguna joya, entregada en momentos de loco desvarío , cuyas iniciales fueron la comidilla del lugar.
Esta vida irregular tuvo un trágico colofón en la noche del 1 de mayo de 1.927 cuando, dando brusco termino a una discusión, María Pastora descargó su “sacho” sobre el cráneo del carabinero Francisco Rodríguez Gayoso, con tan mala fortuna para los dos que a la mañana siguiente fue hallado agonizante por los horrorizados convecinos. Se encontraba a alguna distancia de la casa, a donde lo había llevado María Pastora, como un muñeco roto, pero un rastro sangriento delataba el lugar del hecho. Avisada la autoridad, prendieron a la desgraciada mujer- que ignorando la magnitud de la herida se hallaba sachando patatas en Lois- y fue juzgada y condenada a reclusión.
De esta trágica forma-por otra parte una de las más usuales-María Pastora, la fumadora, la agreste beldad de Donlebún, pasaba a engrosar para siempre el folklore del Eo. Todavía recuerdan en Barres el pareado: “María Pastora, flor del romero, mató a Gayoso con un martelo”en el que se sacrifica a la rima la verdad del procedimiento.Su triste celebridad fue aprovechada por las madres de las dos orillas, empleando su tenebrosa figura de “coco”: “Ahi che ven María Pastora...”, amenazaron durante años a los niños traviesos y llorones.
Ocupada en realizar sencillos trabajos manuales, María Pastora cumplía condena en Alcalá de Henares, cuando un episodio histórico-el advenimiento de la República en 1.931-vino a mediar en su destino.Favorecida por un indulto que la devolvía al mundo exterior, intentó volver a Donlebún, más al comprobar el difícil ambiente que se le ofrecía, se instaló en Ribadeo.
“¡Maldita sea a República, que fora me botou! Le oyeron lamentarse muchas veces sus convecinos.
Porque, aunque parezca absurdo, el espíritu primitivo de aquella extraña mujer toda integridad y nobleza-que había sufrido descalabros por parte de la sociedad hasta el extremo de convertirla en una fiera acorralada, había encontrado por una vez en su vida, en Prisión, la seguridad y el respeto a su persona por los que siempre luchó y que desconfiaba-con razón más que sobrada-el poder obtener fuera de ella.
x Juan Carlos Paraje Manso
Las mujeres marchan incontenibles: primero se liaron a fumar (qué lejos están los tiempos en que recorríamos medio pueblo para ver en la Atalaya a María Pastora consumir con delectación un mataquintos) después reclamaron-imperiosas-en los mostradores de las tabernas, su blanco o su clarete, y ahora nos invaden por todas partes, usurpando los puestos que por tradición correspondieron siempre al sexo masculino. ¡Esto es el colmo! Ya no queda organismo oficial ni empresa particular, ni farmacia ni ultramarinos, sin que la garbosa presencia de una hembra nos ponga en guardia sobre el peligro que corre nuestra hegemonía masculina. Y lo peor es que realizan tan bien o mejor que nosotros su labor y todavía les sobra tiempo para hacerse la manicura o para hablar por teléfono con Rosa o “Patuchi” de “sus cosas”.
¡Alarma! Queridos congéneres ¡alarma! Las muchachas están llevando las cosas demasiado lejos.
Ese afán en demostrar que podían suplantarnos (en el trabajo, se entiende) y que a todos en un principio pareció que obedecía a un capricho pasajero, lleva todas las trazas de convertirse en una calamidad nacional ¿Os habéis parado a pensar, por ejemplo, cuántos miles de jóvenes españoles, muchos con las novias en estado de buena esperanza, esperan obtener un empleo para poder fundar un hogar? Hombres de España ¡Uníos! Luchemos por un retorno a las antiguas costumbres que tan buen resultado dieron siempre: las mujeres a la cocina, al hogar, a labores delicadas e inofensivas propias de su sexo: bordados, cenefas, vainicas...
Este motivado exordio es motivado porque en nuestra Villa (donde no hemos quedado al margen, ni mucho menos, de esta gentil plaga) tenemos desde el veintisiete de noviembre de 1.980, UNA MUJER CONCEJAL, ¡Increíble! Una mujer ocupando uno de los codiciados sillones de castaño de la Corporación (sueño dorado de todo ribadense que se precie) que hasta la fecha fueron privativos de conspicuos varones, que lograban retreparse en ellos tras no pocos sudores y méritos. Ahí es nada, una mujer, con voz y voto, en el máximo cónclave en donde se adoba y se cocina nada menos que todo el presente y futuro, político, social y económico, de este Ribadeo de nuestros pecados.
Confieso que no me hacía mucha gracia, no obstante, cumpliendo con el ineludible deber informativo, me personé en la tienda de Pilar Real Cangas -un nombre para la historia, y la sometí a un hábil interrogatorio.
-Enhorabuena. Estarás contenta.
-Muy contenta. El tener la oportunidad de colaborar con el bienestar de Ribadeo era una de mis mayores ilusiones.
-Bueno, la verdad es que tu acceso a la Corporación fue originado por ciertas circunstancias..
-Así es. Por dimisión del concejal don José Salgado.
-¿Has asistido ya a alguna sesión? ¿Qué impresiones has sacado?
-Fui a dos sesiones. En la primera, como comprenderás, casi no me entere de nada. Además hacía un frío terrible. En la segunda ya me sentí mucho más a gusto, pude apreciar que existe una verdadera unión y ganas de hacer cosas. ¡Ah! Y había una estufa que hacía más grato el ambiente...
-Eso de ser concejal, a pesar de que ya no acudís a las procesiones con la medalla al cuello, debe, indudablemente, de tener su encanto, pero ¿es realmente tan dificil, el hacer algo útil como dicen todos los que pasan por ahí?
-No sé que decirte. Es muy temprano para darte información de ese tipo. Pero quizá sea bastante dificil, sobre todo por la escasez de medios materiales.
-Tú, particularmente, ¿Tienes pensado llevar a la Mesa de Sesiones alguna idea o proyecto?
-Es demasiado pronto para eso. Pero quizá el problema del alumbrado público es una de las cosas que merece más nuestra atención.
-Pili, sinceramente, ¿no crees que estos cargos, de gran responsabilidad, que requieren a la vez energía y talento, son “cosa de hombres”?
-Pues no. Creo que la solución de los problemas que afectan al Municipio debe ser trabajo de todos, hombres y mujeres. Basta para ello tener buena voluntad y ganas de trabajar. En mi primera toma de contacto he podido observar que estas cualidades existen en la Corporación actual y yo no pienso regatear esfuerzos para estar a la altura de los demás. Creo que podemos conseguir cosas verdaderamente interesantes.
Y eso es todo, Pili Real, la primera mujer que forma parte de la Corporación Municipal del Excelentísimo Ayuntamiento de Ribadeo ha hablado con claridad y contundencia. Las mujeres están en el Poder. Que sea para bien y ...que Dios nos coja confesados.
***Pili del Real fue la primera mujer que ocupó un lugar en las Corporaciones Municipales Ribadenses. Pasarían muchos años hasta que otra mujer ocupase uno de esos sillones de castaño y sería una de nuestras compañeras de Atalaia: Marí Paz Ramos
.
Desde Atalaia queremos llamar la atención sobre el estado de un Ribadeo cada vez más deteriorado
Y como creemos que una imagen vale más que mil palabras, hemos reunido unas pocas imagenes (existen muchas más y distintas en todo el pueblo) y que cada cual juzgue si esto es lo que quiere para Ribadeo
http://sites.google.com/site/miradasdesdeatalaia/ Ahi queda el RIBADEOQUENOQUEREMOS
Nos reunimos siete socios a las cinco de la tarde en la Casa da Xuventude. Disculpan su no asistencia otros seis.
Se aprobó el acta anterior.
En Correspondencia se dió cuenta, entre otros, de un correo sobre el violinista y director de orquesta, Claudio Brindis de Salas.
Quedamos en enviar a la prensa y colocar en Miradas de la Atalaya "El Ribadeo que no queremos" y de distribuir el boletín número 3 de Atalaia: Ribadeo en la literatura.
Para seguir insistiendo en los temas que nos interesan quedamos en contactar con las Asociaciones con las que tenemos relación practicamente desde el nacimiento de la nuestra, es decir, Amas de Casa, Viudas, A Mariña-Cogami, O Cantal y con la CGT
A las ocho menos cuarto de la tarde termina la asamblea.
Canta el jilguero en el aire
a eso del amanecer.
Canta el gorrión en la sombra
y en el nido que va hacer.
Y en el bosque con afán
trina el ruiseñor.
Todos cantando van
la alegría y el amor.
Anónimo ribadense
Pasaba a primera hora de la noche por la Calle Villandrando cuando, proviniente de lo alto de la Torre del Palacio de los Moreno, oigo, en la serena quietud de la hora, un extraño quejido entre humano y animal. Me detengo y escucho: es una especie de jadeo o estertor, que en esta calle, iluminada al estilo de 1.726, resulta algo acongojante. Se repite cada ocho segundos y medio y se asemeja a la dificultosa respiración de un asmático, a las últimas boqueadas de un cerdo (con perdón) moribundo, a un raro injerto de silbido-maullido-rebuzno, ¿será el fantasma del alcalde de la Torre Julia?
-¡Oye! ¿Qué es eso?
-¡Bah! Es el búho. ¿Nunca lo habías oído?
¿El búho?
-Si hombre; hace tres veranos que lo tenemos de vecino vive ahí, en lo alto, en una de las troneras de la azotea. Sale por las noches a cazar ratones...
-Búho, veranos, troneras, ratones...Oye, pero tú ¿lo has visto?
-Perfectamente. Una tarde, entre luces, lo vi aparcado junto a la chimenea del Cine Colón. Con los prismáticos lo pude observar detenidamente: tiene el aspecto de un gato de color leonado. Los niños del barrio se pasan horas tratando de localizarlo con linternas. El año pasado recogieron una cría que se cayó del nido y casi se mata contra la acera. Hablaban de disecarlo, pero creo que todo se quedo en nada...
-Pero ¿tú crees que llega a criar?
-Si. Trae una pareja de cada vez.¿No te has fijado que ha terminado con las palomas de la Torre?
-Efectivamente, la Torre antaño tenía palomas; hasta mi habitación llegaba su arrullo interminable durante el día, como ahora llegará el nocturno ronquido de su depredador.
Es curioso y ...algo siniestro. Desde siempre las torres, con su altura, han sido seguro habitáculo para las aves, que las coloca en situación ventajosa e inaccesible. En los campanarios de tierra caliente anidan las calumniadas cigüeñas, a las que se responsabiliza de nuestros patinazos. En todas las torres, de todas las ciudades, de todos los países hay palomas-blancas o grises-que con sus constantes aportaciones se afanan en retocar su belleza arquitectónica y gustan de aterrizar en las plazas, cuál móvil ornamento, y trabar relación y convivencia con el hermano hombre a cambio de unas migas o unos granos. Se me viene a la memoria una fotografía-quizá dedicada a sus cuentacorrentistas-de don Manolito Casas, sentado en la Plaza de San Marcos de Venecia, sonriendo con la seguridad que da la buena crianza, decorado con profusión de palomas que se posan confiadas en sus rodillas, sus manos, en su sombrero.
La Torre de Londres cuida con esmero sus cuervos, más afines con su lúgubre arquitectura. Si es verdad que los cuervos viven más de cien años, quizá alguno de los actuales resulte bisnieto de los que desayunaron con las pupilas de Cronwell. Dicen que al cuervo, si se le corta la lengua, habla
John Ningen afirma que se sabe de cuervos que han hablado e incluso compuesto pareados.
En lo que a Ribadeo concierne, disfrutando de un triple habitat: marino, urbano y campestre, siempre fue rico en cantidad y variedad de pájaros, del país e importados, a los que nunca faltaron amantes apasionados. Sabios aficionados hubo en todo tiempo para los que la cría y reproducción de las canoras avecillas carecía de secretos, llegando el virtuosismo de algunos al extremo de conseguir el milagro, con tan sólo un hábil retoque colorista, de transformar un gorrión en canario.
En el tejado de la Aduana Vieja suelen pasar revista, en correcta formación, las marineras gaviotas que, como infalibles serviolas, sobrevuelan el Campo al presagiar temporal. El crudelísimo invierno de 1.963 nos envió del Norte, como gráciles embajadores, a un escuadrón de cisnes salvajes que fueron recibidos, a tenor de su rango, con las protocolarias salvas de ordenanza. En el portal de la Iglesia y en el templete del Cementerio acostumbraban a anidar las viajeras golondrinas, ahora diezmadas, al igual que los gorriones, por los insecticidas, y que antaño celebraban sus ensordeceros congresos en la Cuesta de los Guardias. En la Villavieja, quizá evadido de un viejo reloj, oí cantar a un cuco; y algún anochecer, en Jueves “de música”, en el ábside de la parroquial, contribuí a convencer a algún testarudo murciélago a que se hiciera cliente de la Tabacalera. En mi recuerdo, en el desaparecido bosque de la Casa de Casas, las parlanchinas urracas, siempre precursoras del cartero (“Cantan as pegas, cartas as nenas&rdquo saltaricaban con desgarbo. En este edificio, hoy Ayuntamiento, se albergó durante algún tiempo, al terminarse la Contienda , un batallón de Infanteria y aunque parezca increíble, aún hoy en día los mirlos de la Calle Ibañez siguen reproduciendo en sus trinos el toque de “a rancho”, único que verdaderamente les importaba.
Nos reunimos en la sede del PP de 6 a 8 de la tarde. De las Asociaciones estabamos las Amas de Casa, O Cantal y Atalaia.
Se tocaron varios temas por todas las asociaciones presentes desde urbanismo al Hospital Asilo, pasando por la accesibilidad y denunciando la falta de rampa en las obras que se están haciendo en Porcillán.
Se les trasladaron los 43 puntos de la Atalaia y fotografias sacadas del blog Queixas do Vecindario https://requerimentosatalaia.blogcindario.com/
Se nos ha recibido bien. Algunas de las quejas reflejadas en el blog ya habían sido denunciadas tanto por el PP, como por el PSOE o UPRI sin resolución alguna pero han quedado en retomarlas.
las asociaciones que estuvimos en la anterior reunión y que fuimos emplazados por el Portavoz del PP en el Ayuntamiento de Ribadeo, Rodríguez Andina, a presentar propuestas.
Atalaia lleva, en extracto, lo que aparece en https://requerimentosatalaia.blogcindario.com/ y sus 43 puntos.
x Juan Carlos Paraje Manso/
En los domingos, cuando a la salida de Misa veo a los hombres, mujeres y niños, sonreír al sol, paseando despaciosos por el Campo, viene a mi memoria, en alas del cielo y la rama, de la luz y la sombra, la imagen de un árbol, de un maravilloso árbol con tronco de paja dorada del que brotaban dos docenas de inquietos molinillos de papel.
En el callejón de Peligros, en un departamento de un caserón que fue de mi abuelo, en el que viví y estuve a punto de nacer yo, y en el que vivió María Pastora y tal vez Ibañez, habita doña Rosario Soliño Medina- Sara para sus convecinos- que me dice:
-El arte de confeccionar molinos de papel lo trajeron mis padres a Ribadeo a principios de siglo. Procedían de El Ferrol. Mi padre, Elías Soliño Francisco, era portugués y, como todos los de su raza, habilidoso y artista (algún día habrá que tratar de las actividades de los portugueses en nuestra Villa), trabajaba el alambre: hacia bozales, portaretratos, ratoneras, hueveras, perchas, cribas, etc., por eso le llamaban el “Alambrero” y vendía su producción en la ferretería de don Jesús Fernández (que estaba al lado del hoy Bar Galicia) y en Villanueva, Mondoñedo y Villalba. Primero vivieron en la Calle de San Sebastián y luego en Cabanela, donde yo nací.
Cuando mi padre faltó-prosigue Sara-mi madre Francisca Medina González, de Puentedeume, y mis hermanos y yo, seguimos haciendo molinos...Son muy fáciles de hacer aunque dan su trabajo: Se necesita papel blanco, cuadritos de cartón, papel de seda de colores, trocitos de madera de saúco, alambre galvanizado y varitas...
Los domingos, al salir del catecismo, allí estaba el árbol como un jubiloso anuncio de eterna primavera. ¡Qué bonitos eran los molinillos de papel! Aunque viviese cien años recordaría siempre su impoluta blancura moteada de colorines, el ceceante surruro de su girar. Atado a su balaustrada de hierro, (parte de la cual está hoy en el mirador de la Aduana) el árbol de los molinillos, dando envidia a los de la Alameda, era foco de atracción, fuente colorida, estallido y luminaria-palpable gracias a la magia de unas manos cariñosas-hacia el que se iban los asombrados ojos inocentes, los indices tiernos
¡Cuántas aleteantes pajaritas, locas prisioneras salpicadas de confetti!
Todo era limpio y bonito en los molinillos de papel: la varita de dos palmos recién cortada oliendo a savia, la hoja blanquísima sabiamente encaracolada acicate de nuestra fantasia puesta a volar al menor soplo, la flor de rizado papel de varios colores superpuestos fingiendo diminutos arcoíris, el alambre galvanizado fino y brillante cual la plata que le serví de eje...
¡Cuánto me gustaban los molinillos de papel!¡Qué gusto el verlos, por instantes en calma, al momento asustados por la brisa, levantar vuelo como una bandada de tímidos pichones con flores en el pico!
De vez en cuando una madre, un niño, una rama se desprendía del árbol convertida en varita mágica que hacía sonreir a un ángel, en estrella que iluminaba la Alameda, en flor que tachonaba el Campo de fugaz primavera...
Poco a poco se iba despoblando el árbol de ramas, de flores, de estrellas, de palomas, se quedaba el tronco solo,con su capa de oro. Bajo la campanilla del kiosko la banda tocaba y tocaba. Aquí y allá los niños con sus varitas florecidas reían y lloraban. Calle abajo, rumbo a Peligros, con los bolsillos tintineando calderilla y el palo desnudo al hombro, la mujer bajaba.
-Cuéntame, Sara.. ¿cuándo va ser el día en que nos regales el milagro de ver florecer tu árbol de molinillos de papel?
Coincidiendo con el aniversario de su muerte.
Perpeturará su memoria un bajorrelieve en bronce en este Muelle de Porcillán que aparece en la foto anterior y en donde era habitual encontrarle.
Observatorio de Renta Básica de Attac Madrid
X Juan Carlos Paraje Manso/
Me dijeron que habían limpiado el Castillo y allá me fui. Después de una mañana neblinosa y triste, el sol decidió asomarse y era agradable el paseo por la carretera del Faro, amplísima atalaya sobre la Ría, jalonada de hitos y recuerdos.
Estaban preparando la Capilla de San Miguel para la visita de la Virgen de Villaselán. Era pleamar y, de vez en cuando, regresando de levantar las volantas o los niños, pasaba ronroneando una lanchita de pesca, blanca o azul, hacia Figueras o Ribadeo. También pasó el carguero “Arteaga Segundo”, rojo como un langostino, rumbo a Mirasol a cargar feldespato de Barreiros; a la altura del Pósito pegó tres bocinazos que encontraron eco en las viviendas escalonadas de Figueras, en la armoniosa arquitectura de Castropol, en las torres de Ribadeo. En las cercanías del Castillo, en la tierra negra y jugosa, media docena de vecinos, con la ayuda desinteresada de un mulo, sembraban patatas.
El Castillo de San Damián (cuya efigie a pasado a etiquetar la materia prima de nuestra industria más boyante) se alza en la Punta do Carballo o dos Carballos.
Se construyó en 1.624 para defender la Villa de los ataques de los piratas que infestaban estos mares y eran una amenaza constante para los pueblos de la costa, y tan solo quince años más tarde, ante el temor de un ataque francés, la Villa tomó la sabia determinación de retirar sus cañones porque “fácilmente podían tomarlo los enemigos”
El fuerte fue abandonado y cuando el 27 de septiembre de 1.719 los ingleses, en tres navíos de guerra, penetraron en la Ría y se acuartelaron en él, lo deshicieron por completo.
Sobre sus ruinas, en 1.744 se levantó un nuevo Castillo; en tan solo dos meses y medio estaba artillado y listo. Los cañones vinieron de Sevilla -al igual que los de la Atalaya- y la guarnición estaba formada por tres soldados inválidos y un sargento, y siete civiles de las parroquias del Ayuntamiento. En 1.753 en vista de que “nunca pasaba nada” y los paisanos se aburrían soberanamente mirando para las gaviotas, fue reducida su asistencia a tan solo uno de la Villa y dos de la Jurisdicción.
Durante la guerra de la Independencia fueron sus distinguidos inquilinos José Vengard, edecán de Napoleón, su asistente y el oficial de ojo de vidrio M André Rossi, que en él permanecieron custodiados hasta su traslado a Sobrado de los Monjes el 1º de julio de 1.808.
El día 2 de febrero de 1.809 -mismo en que asesinaron a Ibañez-la división fernandina de Asturias al mando al mando del general Worster asaltó el Castillo, suponiendo que aún se encontraban en él los prisioneros franceses, y al no encontrarlos se dedicaron al saqueo y a la destrucción, pusieron fuego al polvorín y arrojaron al mar los cañones.
En 1.810 estuvo establecido en él el Hospital Militar de Asturias. Al abandonarlo fueron destruidas todas sus dependencias.
En 1.818 se pidió, sin éxito, autorización para extraer del mar los cañones.
En 1.834 el comandante de armas, don José Manuel de Meñaca, oficia al Ayuntamiento para que mande tapiar la entrada puesto que los vecinos se llevan hasta las piedras.
Hoy, después de esta encomiable limpieza (me refiero a la practicada por el Ayuntamiento) es posible visitarlo en todos sus rincones hasta hace poco inaccesibles. En términos generales se encuentran en buen estado de conservación: foso, puente, murallas,contrafuertes, baluartes, cuartel, cocina y demás dependencias; habiendo desaparecido las maderas: puertas, armarios, ventanas, pisos y techumbre en general. También está destruido el arco de la puerta principal y la garita que remataba el ángulo de mayor visibilidad.
He podido ver el reloj de sol (del que varios lectores me hablaron)-situado en una columna cara al Naciente y con la fecha, -1,700 y tantos, apenas perceptible- y un semicirculo orientado al Norte, dividido en doce partes, de enigmática utilidad.
La relativa limpieza en la que se conservaron las explanadas y el foso fue debida al uso agrícola al que se destinaron (huerto de berzas, patatas, cebollas, etc.) siendo sus últimos cultivadores al día de hoy, desde hace más de cuarenta años, el matrimonio formado por don Venancio Sanjurjo (q.e.p.d.)y doña Severina Sampedro, que obtuvieron el “traspaso”, por 150 pesetas, de O Tolo da Pena de las Barreiras (Villaselán) que también cultivaba la Insula.
En las paredes hay numerosas huellas de impactos y abundantes muestras de rotulación y caligrafía (entre las que destaca la de Primitivo Vior fechada en 1.872) de caballeros aficionados al grabado rupestre. A no dudarlo, estas blancas paredes desposeídas de las hiedras que lucen sus peludos muñones centenarios, son una tentación y en el verano se enriquecerán con nuevas aportaciones de los turistas y de las jovenes parejas que tanto gustan de acudir al histórico recinto a rememorar sobre el terreno nuestras más tradicionales epopeyas.
En resumen: aunque la relación de la historia y azañas de nuestro Castillo parezca modesta e incluso a los irrespetuosos mueva a risa, me permito recordarles que una parte de los primogénitos de la Villa le deben la vida y, en el pasado, la integridad de Ribadeo y de sus habitantes tuvo en el su más esforzado valedor. A pesar de estar casi siempre herrumbosos e inservibles sus cañones, ayunos de pólvora y escasos de bala, y compuesta su guarnición por inválidos e inexpertos, al corsario que ignorante de las costumbres del país enfilaba su catalejo y veía su traza formidable bajo el ondeante oriflama, no le constaba, y tal vez haya salvado a la Villa de una y mil calamidades.
En las cercanías, junto a Pena Furada, existe la fuente de Aguadoce (donde apareció la Virgen de Villaselán) o de los Soldados, por ser de donde se servía la guarnición. Y a media distancia entre los dos recuerdo haber visto un profundo pozo cavado en la roca viva, que usaban los de Villaselán para tirar los animales muertos, y cuya razón de existencia se me escapa. Allí tiraron el burro de don Juvenal Alvarez de Boal “o Jovito” después de solemnes honras fúnebres.
Pero esas ya son otras historias...
38) Proteger y conservar nuestros ríos, montes, costa como patrimonio público que son y su
puesta en valor dando a conocer sus valores naturales y ambientales
Es un bien común de todos y una forma de protegerlo es catalogar lo que tenemos y difundirlo.
39) Recuperación como vía verde la antigua línea del Tren Minero a Villaodrid (Recuperación
inclusive de la zona conocida como “Estación Vieja” que podría ser utilizada como recinto ferial ya
que nuestro campo de San Francisco sufre agresiones periódicas en forma de carpas-distintas
ocupaciones que podrían ser trasladadas a esta zona, una vez rehabilitada
De tener proyectada otra actuación para este lugar el ayuntamiento deberá escoger otro que no sea
el Campo para recinto ferial
*Una forma de recuperar nuestro patrimonio etnográfico y de poner en valor nuestro pasado.
40. Enterramiento de los tendidos eléctricos de Alta tensión .
Es una práctica no lesiva y que serviría, por un lado, para retirar de la vista esos armatostes que arruinan cualquier paisaje ya sin entrar en lo que los campos electromagneticos pueden hacer en el campo de la salud.
41Reforestación de nuestros parques/calles/zonas verdes....Una reivindicación antigua que todos se la saltan a la torera.
42) Informe exhaustivo del arbolado de parques y calles para detectar aquellos árboles cuyas ramas o troncos puedas producir accidentes a las personas, vehículos o edificaciones, llegando si es necesario a su sustitución y posterior repoblación con ejemplares jóvenes.
43) Nuestros montes precisan de adecuadas pistas de acceso para la lucha contra el incendio
.Elaborar un plan de pistas
Algo que debería hacerse y que, si no se quiere hacer con personal municipal puede hacerse a través de una escuela taller o casa de oficios.
43) Nuestros montes precisan de adecuadas pistas de acceso para la lucha contra el incendio
.Elaborar un plan de pistas
Los montes se queman y el tener accesos adecuados es una prioridad para poder actuar en caso necesario.
35)Mejora de los servicios regulares de transporte que nos conectan con otros lugares de la Mariña,
con nuestra capital de provincia.
Mejorar y promover una mayor utilización del transporte público debe ser uno de los objetivos de cualquier ayuntamiento que luche por la sostenibilidad.
En lo que es Ribadeo casco urbano puedes ir andando a casi todos lados pero no así los vecinos de las parroquias y servicios administrativos, hospitales están en otras poblaciones. Los centros comerciales se encuentran en las afueras y lo mismo nuestras playas principales.
El ferrocarril solo circula por la costa y las lineas de autobuses son insuficientes.
Los servicios de transporte públicos no están adaptados para el viaje de personas que precisen silla de ruedas.
El ocio también precisaría de una forma de desplazamiento segura, es decir transporte público o subvencionado continuo para evitar coger el coche.
36) Autobuses de fin de semana que eviten que los ciudadanos al desplazarse tengan que emplear
vehículos particulares/bono-taxis para aquellos que no puedan acceder al transporte público colectivo (minusvalía)
Funciona el Noitebus con éxito
pero ahí no tienen cabida chicos con movilidad reducida a una silla.
37)En todos los proyectos de nuevas calles se contemple la creación de carriles-bici y que el
Ayuntamiento solicite la previsión de la creación de estos carriles para bicicletas a los Ministerios-
Consellerías-Organismos con competencias oportunas.
Sería bueno contemplarlos en todo lo que se construya y son iniciativas a favor del Medio Ambiente, del ocio saludable y enriquecería nuestro entorno.