Ocurrió en 1.770 y directamente con desgravaciones artículos que llegaban vía Bilbao, y en cortas cantidades, como lino o cañamo.
Con esto cambia el ritmo económico de la Villa de Ribadeo y se asientan en ella una serie de comerciantes, la mayoría asturianos, como los Lanza, Villaamil... Entre ellos antonio Raimundo Ibañez. Así a finales del XVIII crece el número de barcos y de firmas comerciales y Ribadeo llega a ocupar el cuarto puesto entre los Puertos de Galicia.